UNA REFLEXION. 5 DE JUNIO DE 2021.


Síguenos y comparte nuestras noticias

MAÑANA EL DÍA “D”


Por: José Antonio Servín.

Sábado 5 de Junio del 2021.

“Que tú voto sea el reflejó de tus esperanzas no del miedo, salgamos a votar este 6 de Junio”
De cualquier forma, las cosas van a ir mal. Igual si ganan los que ahora no la hacen que si ganan los que antes no la hicieron, quienes ahora nos llevan o quienes nos trajeron hasta acá. Aquí lo bueno será siempre un lugar lejano. Así es la política, los rumbos se van corrigiendo poco a poco para no pasar a peor.

Se exageran las expectativas. La política polarizada tiene la ventaja de que logra interesar a los ciudadanos, pero su punto de partida es equivocado. Hace creer que se puede esperar una situación mucho mejor con meros cambios en el gobierno. Hace creer que unos representan todo lo bueno y otros todo lo malo. Ya deberíamos de saber que eso no así, que aquí el“mucho” no aplica.

Se nos olvida que estamos en el reino del mal menor y si en la vida diaria esperar la perfección es un error básico de enfoque, en política resulta una necedad completa, por razones mil veces repetidas.

Como votantes deberíamos adoptar otro punto de partida. Recordar la insuficiencia de todo gobierno actual y anterior, según nos lo permita nuestra edad. Recordar las polarizaciones de entonces y las actuales. Quiénes eran los malos y quiénes los buenos. Cuáles fueron los resultados y cuáles los fracasos. Sin duda veremos el presente con mayor serenidad.

Son claramente insuficientes los gobiernos actuales, en la federación, en los estados, en los municipios con todos sus colores, igual que lo son los congresos y las ramificaciones del Poder Judicial. Y han sido claramente insuficientes los anteriores. A ratos parecen peores los de antes, a ratos los de ahora.

Asumir la insuficiencia de toda autoridad es sensato como punto de partida. Entonces las expectativas no podrán ser tan desmedidas como lo quisieran las visiones polarizadas. Y aparecerá con toda claridad lo que hay que defender: el voto. El voto por quien le parezca a cada cual.

Lo que está en juego es lo que siempre ha estado: que los votantes, aunque el rumbo no sea el mejor, ni siquiera el que muchos consideren adecuado, no quitemos la mano del timón.

Y la manera eficaz de defender el voto es votando. Así, por quien sea: por los que están, por los que no llegaron, por los que se aliaron, por los que inspiran confianza y contra los que no lo hacen, por los que creemos que van a ganar, por los creemos que necesitan nuestro voto, por los que parecen tener un proyecto de país, por los que no lo tienen y no importa, por los que critican al árbitro o por los que lo defienden, por los que transforman, por los que dicen transformar, por los quieren transformar la transformación.

Pero hay que decirlo votando. Aunque la fila sea larga y lenta por la pandemia y su sana distancia o por la complejidad misma de las elecciones y de sus cuentas. Aunque ganen los que uno no prefiere, aunque los escogidos vayan a resultar minoría en la Cámara de Diputados, aunque el gallo propio para gobernador sea derrotado… así es la política. Aunque impugnen los resultados, aunque pasen de una Sala de tribunales a otra, aunque anulen alguna elección y ordenen repetirla. En realidad, el único riesgo es quitar las manos del timón.

La democracia se mantiene votando. Y no hay otra forma de hacerlo. A un pueblo que vota nadie le quita su derecho.


Síguenos y comparte nuestras noticias
Anterior Descartan instalación de casillas en Aguililla Michoacán, por violencia.
Siguiente El trabajo “es una unción de dignidad”, asegura Papa Francisco