Tu Voto 2021: Una nueva oportunidad.
Por: José Antonio Servin.
28 de Noviembre del 2020.
México es una nación democrática, que avanza en su transformación, motivada por la fuerza de la sociedad que soporta el peso de sus pesados y brumosos políticos y gobernantes.
El siglo XXI se ha significado por transiciones democráticas que nos han llevado dando bandazos del centro a la derecha, de la derecha al centro, del centro a la izquierda. Nuestra sociedad experimenta y prueba partidos o candidatos de diversos colores.
Lecciones de la elección de 2018 en México y en Sinaloa nos evidencian que muchos de quienes creyeron que el mal y la causa de los males de la población eran el PRI, Enrique Peña Nieto, votaron en su contra, sonrieron tras su derrota, disfrutaron el ascenso de Andrés Manuel López Obrador, de Senadores, de legisladores federales,locales y presidentes municipales, para que actualmente darse cuenta de que su entusiasmo no dio los resultados que esperaban y darse cuenta de que el problema es mayor, que las soluciones son más complicadas que cambiar a las personas, que votar castigando es un avance, pero no fue suficiente, ni enderezó, ni resolvió, ni la mejora fue sustancial, inmediata ni radical como lo esperaban.
Hoy sabemos que la solución de votar en contra de alguien no incluye la parte racional, la parte inteligente de escoger a los mejores candidatos, de seleccionar a las mejores propuestas, los mejores perfiles, los proyectos más viables de solución a las necesidades. En un país que aún está aprendiendo a votar y a darle valor al sufragio, la elección intermedia para la renovación del Congreso de la unión, de 15 gubernaturas y sus congresos estatales, además de presidencias municipales, es una nueva oportunidad de reflexión y una ventana de futuro que enseña que el futuro se decide en las urnas, el primer domingo de junio de 2021, donde se define el camino a seguir por los Sinaloenses y por los mexicanos.
Ahora entendemos que la crisis nacional no es solamente económica, sino que es una crisis de principios, de valores cívicos y morales. La dirección política del país y la administración de los recursos públicos significan la posibilidad de atención, de cobertura, de beneficio de millones y millones de mexicanos.
Es momento de comprender que la democracia es una forma de vida, que la elección es un factor, pero la participación ciudadana necesita que nos involucremos todos para obligar a los políticos a conducirse correctamente, para que cumplan, para que no abusen, para que no roben, para que sean transparentes, para que no sean caprichosos ni experimenten con nosotros y con nuestras familias.
Elegir gobernantes y representantes populares es importante, pero lo es más involucrarnos a conocer la problemática y en participar proponiendo soluciones y cooperando para hacerlas posibles. Cada quien debe defender lo propio y proteger a los suyos. Esperar de los políticos que nos resuelvan la vida es un viejo hábito que nunca dio resultados ni cumplió con las expectativas del rebaño que esperaba que el pastor en turno hiciera lo que ellos no hacen para salir adelante.
Más allá del gobierno, el pueblo mexicano necesita una profunda transformación cultural. Cambiar la cultura, nuestra actitud y nuestras costumbres para ser mexicanos positivos, trabajadores, luchadores por lo justo, por nuestra comunidad, por nuestra gente, es lo que necesitamos para mejorar y salir adelante. Nuestra nación tiene un pasado de grandeza, tradición, cultura, folclore, identidad.
El cambio necesario requiere más ética, más valores, más principios, más justicia, más democracia. Nuestros derechos y nuestra libertad deben estar por encima de cualquier partido o de cualquier político. No escuchemos el canto de las sirenas. La próxima vez que votemos, que el cerebro nos diga por donde hay que ir, para que nuestro voto valga y nuestra esperanza sirva.