EL VIRUS QUE NUNCA SE FUE.
Por: José Antonio Servin. 10 de Julio del 2021.
En definitiva la tercera ola está aquí, y no es necesario un anuncio oficial que certifique esta, la realidad que yá padecen cientos de infectados en Sinaloa, resulta ocioso dividir si los casos de Covid-19 están asociados a la cepa original del Sars-coV2 o si es la mutación Delta, si el contagiado se vacunó o no lo hizo, etcétara.
Sobra decir que desde hace semanas advertíamos sin ser un especialista en salud, desde nuestra columna o mi red social que la amenaza estaba latente, que el Virus no se ha ido y que la comparativa con otros países y sus medidas no tenían que ver con nuestro modelo, aun así, el comportamiento de la sociedad evidenció que poco o nada se ha aprendido en más de 15 meses de pandemia. Sólo falta mirar las fotografías en redes sociales: Reuniones en bares, restaurantes, centros vacacionales de playas; terrazas; reuniones familiares, graduaciones y eventos sociales que dejaron de lado las máximas de la sana distancia por ejemplo y el uso del cubrebocas.
Comenzamos a escuchar justificaciones: ya estoy vacunado, ya bajaron los casos, ya nadie lo usa, y un largo etc. Otros absurdos bajo el tema de que el gobierno no cerrará de nuevo, o que la gente, en estadística ya no moría en gran proporción por Covid.
En qué momento se relajaron las medidas en plazas comerciales, retirando los termómetros, en que los elementos de seguridad ahí, dejaron de ejercer su autoridad para exigir el uso de cubrebocas, gerentes de tiendas que se hacen de la vista gorda y dejaron de suministrar sanitizante en los tapetes, donde dejamos la empatía para regar esa semilla de consciencia de que la pandemia no ha terminado y estamos muy lejos aún de que eso suceda, y no tiene que ver con la vacunación por cierto.
Me extraña que no exista un pronunciamiento, cuando ayer se dieron 9 mil 300 contagios en un día en la República Mexicana y los que continúan los próximos dias, seguir un comportamiento del sector salud en base a un semáforo cuyo criterio se basa en cifras que por cierto una y otra vez son desmentidas por las propias autoridades. Hoy advierto, que el bicho se acerca cada vez más a nosotros al entorno, comienzan a llegar en redes sociales los casos de contagios, piden oraciones, avisan al trabajo, recomiendan médicos y en las farmacias y puntos de aplicación de pruebas las filas vuelven a aparecer en el escenario cotidiano.
El transporte público vuelve a ser un foco para atender, concientizar desde los choferes hasta el propio pasaje, evitar nuevamente en lo posible el contacto físico con otras personas, regresar al hábito de lavado de manos constantemente y el uso de gel antibacterial, quédate en casa nuevamente, los restaurantes, bares tendrán que someterse a más estrictas medidas y los ayuntamientos a reforzar la vigilancia, modelos que ya hemos hecho, se han implementado, y de ello depende ahora si, vacunado o no, que sigamos aquí, con vida y salud.
Volverán las mesas de análisis, se tocarán extremos nuevamente y regresaremos a aquél ciclo donde culparemos a unos y a otros pero eso no dejará a un lado una realidad: somos nosotros quienes no creemos del todo en esto. Y no se trata de comprar decenas de rollos de papel Higiénico – que no sé para qué- tampoco descalificar mitos y cadenas en redes sociales. Basta! Tomemos en serio esto.
Ya pasamos por una etapa de crisis, desesperación y dolor, momentos sin camas de hospital, ventiladores limitados, sin tanques de oxígeno, con días de espera para la entrega de cenizas, no es posible que en tan poco tiempo se nos olvide una pandemia que regresa con más fuerza y que hoy puede marcar una diferencia en su vida o en la de los suyos.