A TRES SEMANAS DE LA RECTA FINAL.
Por: José Antonio Servin.
Domingo, 16 de Mayo del 2021.
“Tenemos el poder de hacer una diferencia. Pero necesitamos votar”.
Hay 3 etapas claves en cualquier campaña electoral: la etapa del reconocimiento, la del posicionamiento y el llamado al voto. En la primera etapa, lo que buscan los estrategas y equipos de campaña es la mayor exposición posible del candidato o candidata, que los ciudadanos interactúen con ellos, que les conozcan.
En la segunda etapa, se busca la diferenciación del candidato con respecto a sus adversarios, es decir, instalar las razones que hacen a un candidato o candidata una persona única, auténtica, capaz e idónea para gobernar. Y finalmente, en la tercera etapa, se pide a la ciudadanía su confianza y su voto para llegar a ocupar el cargo al que se aspira.
A tres semanas del día de la elección, nos encontramos en la recta final de un proceso que ha despertado diversas emociones en los mexicanos: risas, tristeza, rechazo, asombro, enojo. Y aunque esto está por terminar, la realidad es que nada está escrito en los procesos electorales.
Las encuestas o estudios demoscópicos que se han dado a conocer en estos meses, no son más que un retrato de un momento determinado de este largo proceso, en el que las fichas del juego cambian constantemente. Las encuestas, como bien lo dice Roy Campos, Presidente de Consulta Mitofsky, no son pronósticos. Esto quiere decir que las próximas elecciones aún pueden darnos muchas sorpresas.
Por ello, también cabe señalar que entre las preferencias ciudadanas existen muchos tipos de votantes que se van a hacer oír el próximo 06 de junio.
Existen los votantes que desde mucho antes que iniciara este proceso electoral ya tenían claro por qué partido o candidato votarían, estos son los votantes que muy difícilmente cambiarían su voto, son voto duro. También existen los votantes blandos, es decir, aquellos que, si bien pueden tener una cierta inclinación por algún partido político o candidato, aún son susceptibles de cambiar de parecer incluso de último minuto.
También habrá votantes switcher, es decir, aquellos cuyo voto es cambiante, que en la elección pasada votaron a un partido y hoy le castigan votando por otro. Y finalmente habrá también personas que recurran al voto útil, es decir, aquellos que tienen una preferencia clara, pero ésta no tiene oportunidades de ganar, por lo que eligen a una segunda opción con mejores números, con tal de buscar derrotar a la opción que más rechazo les genera.
Es interesante conocer estas dinámicas del voto, para identificar y razonar nuestras motivaciones. Lo que se viene en esta etapa final del proceso, es el llamado enérgico al voto y la invitación a la ciudadanía para que no falte a las urnas el próximo 06 de junio.
Si recordamos cifras de las elecciones del 2018, proceso electoral donde se gestó la alternancia del PRI a Morena en la presidencia, hubo un 63% de participación. Para estas elecciones del 2021, las elecciones más grandes de la historia del país por la cantidad de cargos en disputa, se prevé una participación menor y cuando hay un nivel bajo de participación el partido beneficiado es el partido en el poder.
Si bien hay análisis recientes que han previsto que Morena si podría obtener la mayoría calificada en el congreso, la realidad es que también este partido ha tenido raspones significativos en las últimas semanas y en diversos estados de la República han perdido puntos en la intención de voto.
Entre las distintas polémicas generadas por candidatos impresentables, denuncias de acoso, la intromisión del Presidente en el proceso, el conflicto con el INE, los acontecimientos en Guerrero, lo reciente el asesinato de un candidato en Sonora, el accidente de la línea 12 del metro, entre otros, es muy probable que Morena no gane con el fuerte arrastre, ni en todos los espacios que se proyectaba en los inicios de este proceso. Estamos a días de verlo.