El político, incuba en sus aspiraciones las posibilidades y capacidades para desarrollar un proyecto. A veces se dibuja como un sueño o una pesadilla.
Octubre 22 de 2024.
El sueño, se vería como un estado de inconciencia porque sobresalir en política no es un ejercicio sencillo porque se acompaña de incertidumbres y circunstancias. Economía y empatía social son factores que catapultan a quien pretenda realizar un ejercicio de esas dimensiones.También pueden aparecer pesadillas en el sueño que construye un andamiaje imaginario para concretar un proyecto. La diferencia es que la pesadilla se convierte en un sueño perturbador acompañado de sentimientos negativos. Son los riesgos que pueden configurarse en la personalidad del político.
¿Qué sucedió con el proyecto político de Rubén Rocha Moya? Se esforzó para llegar. Partió de sueños que lo llevaron muy lejos en una aventura política que le permitió abrevar en diversos puestos, llenándolo de sabiduría y experiencias.
Algo le ocurrió. Pudieron ser sus amigos, que lo acompañaron por años en su vida y en buena parte de un recorrido político, que lo desorientaron con consejos o recomendaciones. Es natural que, cuando se comparte tiempo, convivencias y amarguras, se tejen lazos que se vuelven fuertes y construyen hermandades.
Quiso ser Gobernador y lo logró. Una posición política de privilegios que permite ver y conocer todo lo que la fuerza del Estado puede llevar en favor de una comunidad sedienta de atención y de servicios. Posición propicia para dignificar y enaltecer al gobernante. ¿Por qué Rubén Rocha Moya, desvió su sueño para convertirlo en una pesadilla? Llegó fuerte al timón político estatal, pero lo averió ante la furia de las tempestades que provocó. Tres años aferrado a un timón maltrecho que puede llevarlo a un naufragio inexorable.
Llegó al gobierno y formó su círculo de colaboradores. Los dotó de poder y les permitió que le hablaran al oído, los escuchó y lo llenaron de rencor. Muchos de ellos gravitaron en los espacios rosalinos y en su paso por la UAS los enfrentó con cambios que no supieron digerir. Se fueron con rencor y escurriendo líquido visceral.
Esa es la pesadilla de Rubén Rocha Moya, que ya lleva tres años y no le permite descansar. Pudo construir en esos años de gobierno, un Sinaloa prospero, sociedad unida y un proyecto que sin llegar a ser un sueño le pudo aportar reconocimientos y gloria.
Sus amigos lo subieron a la tribuna de conflictos. Le suavizaron el oído y oyó el clarín de la batalla. Se fue contra Héctor Melesio Cuén Ojeda y ocurrió lo que nadie podía imaginar. Un asesinato que todavía no se puede superar.El veredicto social en esa muerte en nada le favorece, la sentencia lo culpa. Se sospecha que alguien de su equipo urdió el plan para manipular las investigaciones y encubrir a los responsables. Una fiscalía indigna al servicio del gobierno que borró evidencias y manipuló la investigación con montajes y mentiras.
La guerra contra Cuén Ojeda, la empalmó contra la Universidad Autónoma de Sinaloa y Jesús Madueña Molina, entre otros dirigentes universitarios. Ese fue el sueño convertido en pesadilla. Ese fue el malvado proyecto político de su gobierno. No le interesó el bienestar de los sinaloenses.
Convirtió a la fiscalía estatal en un monstruo contra la UAS y sus dirigentes, también con montajes y mentiras. Esa misma Fiscalía que fue utilizada para encubrir el homicidio de Héctor Melesio Cuén Ojeda. Hoy esa pesadilla lo puede conducir no solo a su derrota sino al fin de ese sueño que lo enfermó.
Despertará sin la Ley de Educación Superior y también sin la aplicación de las reformas que impulsó a la Ley Orgánica de la UAS. Un sueño que lo perdió en el laberinto de los derrotados cuando pudo ser reconocido, como ahora se le exalta al Mtro. Héctor Melesio Cuén Ojeda al llevarlo al pódium de los universitarios distinguidos.
La UAS no se toca, la autonomía universitaria se respeta.