Me llamó la atención el comentario relacionado con las dificultades de las finanzas públicas para seguir sosteniendo el sistema de pensiones. Los trabajadores no son los responsables. La crisis que enfrenta actualmente el régimen pensionario ha sido la deshonestidad gubernamental.
Martes 5 de octubre de 2021.
Las pensiones que otorga el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, es sostenido por las aportaciones que de manera tripartita aportan los trabajadores, los patrones y el gobierno en el caso del IMSS, y trabajadores y el gobierno en el caso del ISSSTE.
Las aportaciones previstas en la ley son producto de estudios actuariales que determinan los porcentajes de aportación por cada parte a fin de evitar crisis presupuestales de esas entidades de seguridad social para asegurar un sistema pensionario financieramente sano.
El único responsable de lo que sucede ha sido la corrupta administración gubernamental, permitiendo cargas presupuestales más allá de sus capacidades económicas que han contribuido en la descapitalización de dichos institutos, poniendo en riesgo nuestro sistema de pensiones.
Mucho se dijo que el IMSS, ISSSTE y PEMEX fungieron como la caja chica del gobierno federal, desviando cuantiosos recursos para fines distintos a la seguridad social. De manera paralela, por razones políticas, se desorbitó la negociación colectiva concediendo prestaciones y privilegios a los sindicatos de trabajadores de dichas instituciones propiciando desequilibrios en sus finanzas con las consecuencias que ahora se ponen a la vista.
No estamos en contra de la dignificación económica de los trabajadores, pero las negociaciones salariales y de prestaciones nunca debieron rebasar la capacidad presupuestal de la institución responsable de sostener un régimen pensionario seguro y financieramente estable. Ante esa desordenada administración pagan justos por pecadores, el gobierno cambia el pago de las pensiones en salarios por unidad de medida y actualización (UMA).
El ejercido abusivo del presupuesto de las instituciones de seguridad social, ha llevado al borde del precipicio las pensiones de los trabajadores. Quitarlas es prender la mecha de la inconformidad social. Es con lo único que cuenta el trabajador para asegurarse una vida más o menos digna en contraprestación a sus aportaciones.
La pensión del trabajador no es regalada. Costeó su financiamiento para recibirla en los plazos establecidos por la ley. Los excesos debieron ser castigados. Se permitió el abuso. Mezquina decisión de afectarse al trabajador en el derecho legítimo a recibir su pensión.
Un fondo que debió ser administrado y fiscalizado de manera oportuna y pulcra, no admitiría retrocesos en la dignificación de los derechos del trabajador en edad adulta. La crisis no la produjeron los trabajadores, la amenaza de extinción de las pensiones ha sido y es por la desaseada administración gubernamental. Castíguese a los causantes de esa crisis y respétese el derecho de los trabajadores de aspirar a una vejez digna.
El gobierno tiene el poder político y también el jurídico para refinanciar las instituciones de seguridad social. Si el responsable de la crisis ha sido el gobierno que la crisis la revierta el mismo gobierno y restituya la confianza en los trabajadores. Que habrá que adelgazar los contratos colectivos de trabajo, es un imperativo. El desafío está en puerta.
Cito finalmente el caso del Instituto de Pensiones de Sinaloa, en quiebra por los graves desvíos de las retenciones de los trabajadores y la cómplice omisión gubernamental de no realizar las aportaciones que le corresponden a dicho instituto. ¿Quién es el causante de la crisis en el sistema de pensiones? ¿A quién se ha castigado? Suprimir las pensiones es tanto como decir, mexicanos al grito de guerra.
¿Usted qué opina?
