El temor a los sinaloenses les llega a raudales. Enfrentamientos y muertes por un lado y el COVID por otro.

La tranquilidad difícilmente se alcanzará en esta administración estatal que será recordada como una de las que prefirió construir obra pública material que velar por la seguridad de los sinaloenses.

Tampoco se ha distinguido en desarrollar estrategias para detener el avance sin control de una pandemia que ha enlutado a muchas familias sinaloenses. Los enfermos por covid se multiplican y todavía se atreve el Gobernador a decir que la curva de contagios va a la baja.

El gobierno, nada se ha preocupado para llevar apoyos a personas que no cuentan con los recursos económicos suficientes para adquirir el medicamento encarecido de manera abusiva por los farmacéuticos o los equipos de oxigeno que se requieren para auxiliar a los enfermos. Es una causa por la que muchos han fallecido.

Lejos de preocuparse el gobierno federal para garantizar la salud de los mexicanos, se atrevió a llevar a cabo una consulta popular para enjuiciar hechos del pasado que llevar acciones de aliento a los enfermos que gritan ser atendidos en un hospital o que los apoyen para comprar los medicamentos que necesitan. El pueblo enfermo y muriendo y el Presidente saciando secuelas de venganza.

¿Tan descompuesto está nuestro sistema político que los representantes populares se han agachado en lugar de enfrentar el problema con coraje y decisión para detener esa avalancha de burlas al pueblo de México?

La culpa es de todos nosotros, se ha idealizado a un personaje que está muy lejos de ser la solución a los problemas de México. No defiendo los hechos del pasado, como mexicano los he repudiado y me he inclinado siempre a la defensa del que demuestra tener la razón.

Admito la crítica con seriedad y trato siempre de corregir lo que pude haber hecho mal. Sin embargo, como sociedad nos falta mucho por hacer. Hemos sido comparsas de malos gobiernos, nos han saqueado y nos hemos callado.

La seguridad pública ha sido una asignatura que no la han querido tocar. Solo se preocupan por ella en los discursos políticos. La realidad es que al llegar al gobierno nos damos cuenta hasta que nivel llegan los compromisos contraídos. La rentabilidad de mantener las cosas como están, sin duda, debe ser un negocio muy lucrativo.

Demandemos con coraje que la salud para todos debe ser una realidad. No hay confianza en las autoridades de salud, la pandemia se ha politizado. De manera autoritaria se imponen decisiones y el pueblo como siempre callado se queda. Ha sido muy tibia la respuesta para que las clases presenciales se difieran, para tiempos mejores. El riesgo de
que aumente el número de enfermos y de muertes todavía está presente. Alerta.

Hay reclamos por tosas partes, muchos trabajadores puntales de familia, han perdido la vida por esta pandemia perversamente tratada. A los sindicatos les pregunto ¿dónde ha quedado la defensa de sus agremiados para que se impongan las medidas de protección y se evite que se enfermen y mueran? ¿Los compromisos políticos son más fuertes que su obligación de defender a los suyos’ y lo mismo les reclamo a los Padres de familia, donde ha quedado esa voz que defienda la salud de sus hijos?

¿Usted qué opina?