El tiempo sigue su curso y los responsables de combatir la inseguridad siguen sin dar señales de que hacen algo para detener las condiciones que dañan la tranquilidad social.
Me llamó la atención y seguramente a usted también, que el Secretario Estatal de Seguridad Pública, anunció que, para el operativo policial con motivo de Semana Santa, participarían alrededor de diez mil quinientos elementos aproximadamente.
Si bien por razones de seguridad no se da a conocer el estado de fuerza de cada institución policial, lo cierto es que no me explico todavía de donde sale la cifra anunciada por la autoridad estatal, cuando el número de policías es mucho menor.
Seguro que el Secretario, quiso ser optimista y mandar un mensaje a los amantes de lo ajeno que no solo se dispone de esa fuerza policial para atender playas, balnearios y demás centros de recreo, sino que también quedan reservas para cumplir con las tareas de seguridad en las zonas urbanas.
¿Qué no debió ser el Gobernador acompañado con los Presidentes Municipales los que anunciaran el operativo que anualmente se organiza para estas fechas?
La pandemia seguramente no permitió que se llevara a cabo un evento mejor organizado para demostrarle a los sinaloenses que todavía hay interés de una autoridad que alista sus prendas porque ya se va, que la seguridad y la salud son valores que todavía se atienden.
Lo cierto es que ese operativo policial anunciado, no demuestra tener el número de policías que se dijo, los policías que participan, en cifras, están muy lejos de ser las que se informaron, por ahí se alcanzan a distinguir algunos que cubren recorridos a pie y por eso es que los alzamos a ver.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, mejor no quiso asomarse a la tribuna pública para corroborar el número policial que participa en este operativo de seguridad, de haberlo hecho, seguramente que no hubiese tenido respuestas de haber sido cuestionado por los elementos de la prensa.
Comento lo anterior, porque son situaciones que nos permite realizar una evaluación, aunque sea muy rápida, de cuál es la condición de nuestras policías en la entidad.
Ese vacío policial, es una asignatura que debe ser registrada por quienes participan en esta elección.
Ojalá se alejen de ese discurso prometedor y falso y se agende el compromiso de enfrentar una realidad con todo el poder del Estado.
Quienes buscan la gubernatura, seguro que ya ingresaron a la lista de pendientes, sus apuntes en seguridad. Ojalá no se les borre esas notas y continuemos igual, o veremos una vez más que se recurra a lo fácil, de habilitar al soldado, sacarlo a la calle y decir que es policía.
El Instituto Estatal de Ciencias Penales y Seguridad Pública, un espacio de formación y capacitación policial y del Ministerio Público, está desaprovechado y prácticamente abandonado. Dejó de ser aquel centro de enseñanza profesionalizante de servidores públicos donde no solo abrevan el conocimiento de su función sino la riqueza de los valores que se les transmite. Ojalá recupere aquel brillo que una vez iluminó con intensidad.
Ayer platicaba con algunos elementos de la policía estatal y me manifestaban su preocupación por la falta de elementos policiales, las cargas de trabajo que les imponen, el maltrato que comúnmente son objeto muy natural en los mandos militares y la exclamación obligada de que esto estaba de la patada. Usted, ¿Qué opina?
2021, el voto que compromete mejor seguridad.
