Los compromisos políticos del exgobernador Ordaz Luna rebasaron la legalidad que debió imperar en los derechos de los trabajadores adscritos a la Secretaría de Salud.
Noviembre 3 de 2021,
Columnista Alfonso Carlos Ontiveros Salas
El sindicato nacional de trabajadores de la secretaría d salud, de manera cómplice admitió o negoció que se favorecieran grupos de trabajadores afines en su gran mayoría a las simpatías del exgobernador y de la dirigente sindical Arcelia prado.
Un gran número de trabajadores fueron desplazados de sus derechos. La seguridad laboral esperada por muchos años se ha visto nuevamente atropellada por los compromisos mezquinos del exgobernador y de la referida dirigente sindical.
Se asesta un nuevo golpe a la credibilidad de las organizaciones sindicales. Los grupos de poder que ejercen el control de esas organizaciones le quitan todo sesgo de confianza y por ello los trabajadores violentados recurren al ejercicio de otras medidas como los paros laborales y los bloqueos de calles.
Que bien que el Gobernador hizo acto de presencia para reconocer por un lado la arbitrariedad cometida y asumir el compromiso ante los trabajadores inconformes de que las bases otorgadas serían revisadas y en su caso anuladas.
La mejor salida para solucionar esa irregularidad pactada es la revisión administrativa de las bases concedidas, que de seguro, los favorecidos, no tienen mejores derechos de preferencia que los trabajadores paristas. Esa debe ser la política de conciencia en las dirigencias sindicales de respetar la legalidad laboral.
Que mal de aquellos dirigentes que se apartan de la filosofía de protección y respeto a los derechos de los trabajadores. Una organización sindical crece y se respeta en la medida en que los dirigentes asuman un papel de defensa a los derechos legítimos de quienes aspiran ser basificados.
Mucho se dice en los corrillos de los centros de trabajo, que las plazas concedidas llevan aparejados favores económicos. Que mal para la dirigente sindical, que surjan esos señalamientos. La mujer siempre se ha caracterizado de ser menos corruptible que los hombres, pero ese valor de honestidad debe estar tatuado en todos los actos que den certeza y confianza en esa misión sindical.
No ha sido la única movilización de trabajadores llevada a cabo ahora, en el Hospital de la Mujer, los atropellos los han naturalizado en perjuicio de los derechos de los inconformes. Recurrir a los tribunales del trabajo sería una ofensa para todos los que se dicen afectados, el rezago que predomina en esos lugares haría nugatoria toda reclamación.
La solución debe ser como la ha instruido el Gobernador, revísense todas las plazas concedidas al amparo de la ilegalidad y que se otorguen a los que demuestren tener mejores derechos a la basificación. No hay que olvidad que el Gobernador Rocha Moya fue dirigente sindical y conoce las reglas de la promoción laboral.
El problema se agrava para la dirigente sindical, cuando el recién nombrado secretario de salud señala que al parecer hay muchos más nombramientos de base otorgados antes del cierre de la administración que acaba de concluir y que enreda más el problema de lo que ya está. ¿Cuál sería el nivel de complicidad entre la dirigente sindical, el exsecretario de salud y el exgobernador Quirino Ordaz?