Implantar un esquema de seguridad pública en Sinaloa que responda a las expectativas ciudadanas es un compromiso de gobierno. Ha faltado liderazgo.
Martes 8 de marzo de 2022.
La Universidad de la Policía era para que ya tuviera definido el modelo de policía que se requiere para las funciones de seguridad pública. El perfil de proximidad social debe ser atendido para que la sociedad se identifique con el agente de policía. Debe partir de estrategias policiales en las que la policía conjuntamente con la sociedad encuentre soluciones a la inseguridad.
El modelo policial no puede abandonar la formación policial de reacción, ya que si bien es cierto que este tipo de modelo parte de la idea de que a la delincuencia hay que enfrentarla con estrategias de inteligencia y fuerza. El Estado debe formar este tipo de agrupamientos policiales para ser efectivo en el combate a las organizaciones criminales.
La policía de reacción necesariamente se forma como fuerza legítima del Estado en el combate a la inseguridad. La policía de reacción debe tener el entrenamiento adecuado para hacer uso racional de la fuerza partiendo siempre del respeto a los derechos humanos del delincuente o el infractor como principio rector.
La Universidad de la Policía, se encuentra en una disyuntiva, partiendo de la visión nacional en materia de seguridad. La autoridad federal se justifica en la intervención de las fuerzas armadas en funciones de seguridad pública y ello, impone una limitación para definir el modelo policial que se quiere.
Estructurar la currícula de formación policial se debe partir de la premisa del modelo policial que se quiere. A la fecha, tenemos una estructura policial disfuncionalidad. Hay una mezcla de civil y militar. Dos formaciones que se excluyen entre sí.
La influencia de la visión federal en materia de seguridad pública dificultará que la Universidad ejerza un control independiente en el reclutamiento y formación del nuevo policía. La intervención del mando militar en la región tendrá voz y voto en los criterios que deben prevalecer en la formación policial.
El Rector de la Universidad deberá tener firmeza en la voz y en el mando dentro de la institución. Imponer su autoridad y aplicar las reglas que son propias de una institución de esa naturaleza.
Partir de un principio de colaboración con el mando militar es una premisa que debe ser atendida porque en la formación policial deberán incorporarse sistemas de acción y defensa en el quehacer policial. Manejo de equipo, armamento y tiro.
Las policías deberán formarse para funcionar como agrupamientos especializados en áreas específicas de alto riesgo. la prevención de conductas antisociales y la investigación criminal imponen esas reglas.
Hechos que impactan a la sociedad como la estudiante que falleció a manos de personas que sin ser médicos operaban clínicas médicas. La organización de la policía en agrupamientos especializados serían muy efectivos para localizar esos focos de riesgo social, así como casas de seguridad en las que se resguardan armas y droga y laboratorios de producción de drogas sintéticas y evitar la proliferación del robo de vehículos.
La Universidad tiene mucho que desarrollar. Se requiere bastante imaginación y capacidad para que los proyectos funciones en Sinaloa y que el Gobernador haga efectivos sus compromisos de restituir la seguridad al Estado.