La funcionalidad de las policías no responde a la expectativa ciudadana. carecen de formación adecuada que certifique su profesionalismo y confiabilidad en el combate a la inseguridad.
Martes 19 de o0ctubre de 2021.
A propósito del tema, platicaba con un amigo, el Dr. Jaime Salomón Hariz Piña, Abogado de profesión, mi Maestro en el posgrado, formado en el Poder Judicial de la Federación, serio y profesionalmente capaz en el ejercicio de su misión jurídica, universitario uaseño, catedrático y exdirector de la Facultad de Derecho Mazatlán, Presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Estado y actualmente en su nueva función Notario Público, sobre un proyecto en el que había trabajado con mucho entusiasmo en 1998 cuando me desempeñaba como Encargado del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, relacionado con la estructura policial en México.
Fue una conversación muy amena, escuchó con mucha atención el comentario y lo consideró como un ejercicio sano como ha habido muchos y guardados en los archiveros de los funcionarios. El proyecto proponía la creación de una policía nacional, inspirado en el modelo francés, pero exigía la reforma de diversos artículos de la Constitución Federal como el 21, 73, 89, 115 y 116, entre otros. El entonces Secretario de Gobernación consideró que no era el momento político para llevarlo a cabo y lo guardo como una buena propuesta para mejor ocasión.
La federación asumiría el control policial total. Era necesario adoptar un sistema en el que la función policial se encargara de todo lo que afectara a la seguridad ciudadana e investigar el crimen en cualquiera de sus modalidades. La división de competencias en la prevención e investigación del crimen ha enfrentado muchas barreras y diferencias entre los diversos órdenes de gobierno. Intereses con organizaciones del control criminal ha sido generalmente la causa.
El proyecto conservaba la división de competencias permitiendo la existencia de la Fiscalía General de la Nación y las Fiscalías Estatales. Era necesario preservar la competencia constitucional federal y común para no saturar la investigación de los delitos en una sola fiscalía.
El gran problema que se ha tenido ha sido que las policías en la forma que están constituidas han sido un completo fracaso. La dispersión de mandos subordinados a un poder político dividido y a veces con intereses opuestos ha contribuido a desplazar la función policial civil por el uso de la fuerza militar.
Resultaría más sencillo, aunque el tamaño de la policía parecería complejo, ejercer un mejor control en la eficiencia policial y combate a la corrupción. Mandos superiores en una estructura única, vertical y de suprasubordinación, facilitaría su función. El proyecto describía las diversas unidades o divisiones especializadas en las que se atendería la prevención y la investigación de los delitos.
Parte de dicho proyecto fue plagiado por Genaro García Luna cuando promovió el conocido mando unificado (mando único) policial, firmando con los estados los convenios para establecer dicho modelo policial. El intento fracasó porque no lo diseño para mejorar la funcionalidad policial en México sino como un medio para lucrar con los financiamientos que se obtuvieron para desarrollarlo.
Entre sus funciones, la policía nacional, ejercería la aplicación del bando de policía y gobierno que sería expedido por la Secretaría de Gobernación, en el que se establecerían las faltas administrativas y la justicia de barandilla.
La investigación de los delitos no tendría fronteras competenciales, la policía nacional ejercería esa función, de tal manera que los detenidos por algún delito serían turnados a la fiscalía competente. Una sola policía para prevenir e investigar sería lo ideal para abatir las ineficiencias y la corrupción. No habría justificaciones para no investigar como ha venido sucediendo.
La verdad es que el proyecto causó preocupación en los mandos militares y solicitaron que se analizara detenidamente. Los momentos políticos no eran los más convenientes, se dijo. Crear una policía nacional capacitada y profesionalmente confiable, imponía contrapesos a la fuerza militar. Aparece después la Guardia Nacional, aceptable en su finalidad, pero no en su composición. Una plática que no concluyó con el tema y dejamos algo para mejor ocasión.