Mazatlán se ha convertido en el centro de atención política ante la actitud desleal y beligerante del Químico Luis Guillermo Benítez Torres desconociendo los acuerdos políticos con el Partido Sinaloense.
Políticamente es extraña la postura que asume el Gobernador Rocha Moya de otorgarle todo el apoyo al Presidente Municipal de Mazatlán ignorando el derecho de los Regidores en aceptar o en su caso negar las propuestas de funcionarios que deben ser aprobadas por el Cabildo. Se entiende que Benítez Torres es un aliado de su partido, pero desleal en los acuerdos políticos.
Es una negociación política y no una actitud de caprichos personales. El Químico abusa de una posición que no le da la autoridad para imponer. Ha asumido una actitud porril, de confrontación y no busca un acercamiento con sus opositores para conciliar.
No es una postura intransigente la del Partido Sinaloense, si ese es el enfoque que se le pretende dar. Lo que se ve, es una actitud de conflicto como diciendo que ahora o nunca se le debe restar fuerza a un Partido que le hará sombra en el futuro a los planes de MORENA.
Las condiciones políticas en el Gobierno Federal no son del todo favorables. El Presidente sigue tropezando. La aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2022, tiene que verse con reservas. Haber hecho uso de la aplanadora parlamentaria en la Cámara de Diputados puede ser contraproducente para la viabilidad política de diversas iniciativas que son de su interés, como la reforma eléctrica, entre otras.
Sugiero respetuosamente al Gobernador Rocha Moya que no le ganen sus emociones o que sus asesores lo informen adecuadamente. No se incline a brindar apoyo a quien mantiene vivo el conflicto. Haber ganado la Presidencia Benítez Torres no es suficiente para imponer a capricho sus determinaciones y menos a los funcionarios que tienen que ser aprobados por el Cabildo. No es lo mismo manejar a modo al Consejo Estatal de Seguridad Pública que a un Cabildo Municipal.
La política es de consensos. La negociación resuelve conflictos, la confrontación los polariza. La docilidad de los órganos de autoridad arruina la confianza ciudadana. Recomendaría sugerir a Benítez Torres que deponga su actitud camorrista y se ponga a dialogar negociando soluciones.
Se le reprocha a Cuén Ojeda de no aportar mucho para resolver el conflicto en el cabildo Mazatleco, tratando de ignorar que el Partido Sinaloense tiene su propia dirigencia y es a ella a quien deberán recurrir. Hasta ahorita, las notas periodísticas, no han mencionado al Presidente del PAS. ¿Será casualidad que dos Municipios donde el gobierno del PAS predomina como es Mocorito y Mazatlán se den este tipo de confrontaciones? ¿Habrá otros intereses que todavía no se alcanzan a visualizar?
Cuén Ojeda, por el momento, se mantiene ocupado con el problema que le han dejado con los trabajadores de la Secretaría de Salud. Un asunto de plena legalidad se lo pretenden politizar. Facultades para resolver de inmediato un asunto que implica presupuesto y plazas que se puedan basificar, no las tienen de momento ni él ni el Gobernador.
¿Se alienta desde dentro del gobierno ese tipo de procedimientos que se apartan de toda legalidad, para desgastar políticamente a Cuén Ojeda? ¿Por qué no se despresuriza el conflicto anulando las bases otorgadas con la consabida violación de derechos de otros muchos trabajadores de la Secretaría de Salud? ¿Compromisos políticos con el exgobernador Ordaz Coppel les impiden proceder en ese sentido? Será tema de otro artículo.
¿Usted qué opina?
