Cuando se viaja de la capital sinaloense al sur, al centro del país, lo primero que pasamos, si hablamos de ciudades grandes, ha de ser un lugar turístico por naturaleza, casi todo mundo quiere estar en Mazatlán en Semana Santa y en otros momentos también; qué maravilla poder estar ahí.
Después de pasar Mazatlán, lo que sigue es Tepic, la ciudad más grande y ya otro estado, de hecho, es la capital del estado de Nayarit. Previo a llegar, se pasa por algunos pueblos muy bonitos, uno de ellos es Acaponeta, que está a 137 kilómetros de su capital y tiene un clima muy singular, (selvático y se suda muy especialmente), cuando faltan 41 kilómetros para llegar a Acaponeta, está un letrero que lo anuncia, tiene dos notas importantes, que faltan 178 kilómetros para llegar a Tepic y 41 para Acaponeta, pero la primera nota está bien escrita, la segunda no; en ella se lee así: ACAPOENTA 41, lo que causó polémica con mi esposa que me acompañaba esta última vez que nos dirigimos para este rumbo en Semana Santa.
Cuando íbamos, mi esposa me dijo que vio el letrero mal escrito; como ambos utilizamos anteojos con mucha necesidad, le dije: “tal vez viste mal”, pero muy enfática, me dijo: “claro que no, si quieres, regresa y lo corroboramos” pero casi imposible es, que cuando llevamos medidos los tiempos para llegar a comer en Tepic, y seguir avanzando, pudiese hacer tiempo en, detenerse y menos regresar, fue entonces que le dije: “mejor recuerda el kilometraje y de regreso, tal vez nos acordemos para verificar”, aunque les confieso que lo dudaba mucho, perdón Linda, pero es así.
Después de andar por aquellos bellos lugares de Michoacán, regresamos un par de días después y qué creen, no lo olvidó mi esposa; me dijo: “dijimos que eran 41 kilómetros antes de llegar a Tepic, así que ya casi”, cuando veíamos los letreros les poníamos atención a lo que anunciaban, pero tuvo que pasar unos kilómetros en que la velocidad se disminuyó para que no se nos pasara verificar lo que era un reto importante para mi esposa.
Fueron varios letreros que anunciaban otras cosas que no eran de nuestro interés en ese momento; hasta que nos paramos porque debíamos tomar evidencias de ello. Efectivamente, así lo anunciaba: ACOPOENTA 41, qué se debe hacer ahí, cuántos filtros debe pasar para que se ancle, justo, en ese lugar ese letrero; lo habrán notado los últimos que lo plantaron ahí; tal vez no, nunca lo notaron y se les pasó a todo mundo. Pero, qué tan grave es que anuncien eso de manera errática, se les puede demandar por ello, a quién.
Confío plenamente en la capacidad intelectiva de mi esposa, no mucho en su visión, aunque los anteojos hacen esa labor que por naturaleza se ha ido perdiendo. Fue un muy buen punto el que pudiéramos recordar un par de días después ese detalle que se logró corroborar. Y de nuevo le ofrezco disculpas a mi esposa por la desconfianza, debo recalcar, era a su visión, no a su capacidad intelectiva, que es brillante. Estoy seguro eh.
En cuanto sea prudente les mando la fotografía que se convierte en evidencia de lo que les narro ahora. Gracias por leerme.