PENSANDO LA REALIDAD. 18 DE FEBRERO DE 2022.


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ACCIDENTE

Viernes 18 de febrero de 2022.

En este segundo mes del año, me tocó ver un accidente muy cruel; manejaba por la carretera a Navolato cuando un automóvil arrolló a un perrito, aunque yo estaba en el carril de enseguida, pude ver la última parte del evento que califico como muy cruel.


A pesar de que era muy temprano (6:40 a.m.) la carga vehicular era muy fuerte, lo que permitió que algunos automóviles se dirigían a más velocidad de la permitida. Es por eso que quien conducía el vehículo que arrollo al perrito no pudo esquivarlo.
La parte que me tocó ver, es en la que está abajo del vehículo, y sus movimientos, son, totalmente como si fuera un trapo, sin oportunidad de defenderse; por eso y por sus quejidos es que lo adjetivo de esa manera (muy cruel).
Se puede decir que mi posición era propicia para ver cómo se “quebraba” el cuerpo del perrito, porque la figura que me tocó ver, era de un objeto hecho trizas, o sea, que no tenía forma de animal ni de algo que se parezca; el quejido muy tenue, pero significativo hizo que notara el accidente y me protegiera, porque el vehículo que venía atrás del que lo arrolló, de inmediato, se cambió de carril e invadió el mío.
Lastimosamente ahí quedó, quejándose, no sé cuánto tiempo, porque yo debía estar en mi centro de trabajo a las 7:00 a.m. por lo tanto, no podía quedarme a ayudar; quien lo arrolló se paró, pero muy lejos del lugar que, seguramente, le asustó por la situación que acababa de vivir. Aun así, se paró, pero no supe más sobre el caso.


Habría que decirlo, en Culiacán, puede ocurrir este tipo de eventos y muchas veces, ahí se quedan los cuerpos de los animalitos que arrollan hasta que se secan, a pesar del aroma, que no es nada agradable, las personas no quitan los cadáveres de los gatitos y perros arrollados en algunos lugares de nuestra entidad.
Lo mismo ocurre con los cascajos de los accidentes tipo choque, nadie se hace cargo de ese tipo de problemas que puede durar, el tiempo que el aire, el sol y el mismo tiempo se encarga de ir quitando del lugar del siniestro.
Pobre perrito, cuando regresé de mi lugar de trabajo a casa, ya no vi rastro de lo que, unas horas antes me había quitado mi tranquilidad, porque no lo esperaba, el lugar donde ocurrió, es muy transitado, por eso y porque seguramente tenía dueño el perrito, se lo llevaron de inmediato; no deja de ser un problema que se puede solucionar, desde la cámara de diputados local, que se pueda exigir a los empleados del Honorable Ayuntamiento para que se hagan cargo de lo que queda, después de un accidente, del tipo que sea.
Ahí la reflexión, ahorita yo estoy más tranquilo, después de ver morir a un perrito, que, seguramente, estaba cachorrito y que se le cuartó la posibilidad de seguir con vida. Aclaro, nunca creí que haya sido con la intención de hacerlo. Pero lo hecho está hecho.


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