La disyuntiva surge cuando colisionan dos valores esenciales, recuperar el atraso educativo que ha provocado la pandemia imponiendo el regreso del niño y el joven a las aulas o correr el riesgo de que se enfermen y mueran.
Las posturas no están definidas, los sindicatos declaran que no hay condiciones de salud seguras para el regreso a clases presenciales y, por otro lado, manifiestan que el regreso es necesario porque el atraso educativo de los niños se puede convertir en un problema sin solución.
Las definiciones tienen que ser claras y categóricas. No debe haber ambigüedades. la salud es una prioridad porque somos testigos de la gravedad provocada por un desaseado control gubernamental en este problema de insalubridad general, que mucho daño a producido en las familias mexicanas. Gastos excesivos que son insostenibles y muertos que lamentar.
Parece ser que al Presidente no le importa la salud de la infancia. Sabe que las instituciones de salud están saturadas y desabastecidas de medicamentos, equipo y personal médico cansado. Sin embargo, debemos preguntar, y ¿los Padres de familia?
Los dirigentes sindicales, no están autorizados legalmente para hablar en nombre de los maestros y los alumnos, porque el sindicato busca el mejoramiento integral del trabajador agremiado en términos de condiciones laborales dignas, pero no en cuanto a obligar al maestro como padre de familia a que sus hijos regresen a clases
presenciales.
No hemos conocido que los sindicatos de maestros hayan convocado a reuniones regionales para analizar el problema y tomar una solución al caso. Los maestros serán los que den luz verde al sindicato para proceder ya sea para el regreso a clases o la postura firme de que no habrá regreso sino hay condiciones de salud
seguras.
Los Padres de familia, deberán hacer lo mismo. Reunirse, deliberar y resolver lo que deberán exigir. Forzar el regreso, sería aplicar una medida autoritaria y lesiva a la salud del niño y del joven. El gobierno no ha cumplido la parte que le toca, ha sido demasiado lento u omisivo en la aplicación general de la vacuna.
Que contradicción, el gobierno envía vacunas a otros Países mientras que la población mexicana espera su turno para recibirla. ¿Como es posible que se hable de un regreso presencial a clases si más de la mitad de la población no ha sido vacunada?
Se requiere un desplegado nacional a través de los diversos medios de comunicación escritos y electrónicos, en el que sindicatos de maestros y Padres de familia se pronuncien en la postura que asumirán frente a un gobierno insensible e incapaz de garantizar la salud de todos y en particular la de la niñez mexicana.
¿El regreso presencial a clases beneficia al empresario, le urge reactivar la economía, el móvil detrás de la postura presidencial obedecerá a un acuerdo en lo oscurito con los empresarios del país? ¿Economía y salud en colisión?
¿Usted qué opina?