Sinaloa se vuelve rojo por el alarmante crecimiento de contagios que afecta a un gran número de sinaloenses. Enfermos con la variante ómicron hacen que los hospitales aumenten su clientela de pacientes.
Martes 11 de enero de 2022.
La alarma general se ha encendido. No hay tranquilidad para nadie salir a la calle, al trabajo o al supermercado. Las escuelas esperan el arribo de cientos de miles de estudiantes al sistema presencial. Hay temor de los padres de familia mandar a sus hijos por no haber ninguna seguridad de evitar el contagio.
Los vacunados sienten tranquilidad relativa, pero al mismo tiempo titubean salir a cumplir con sus compromisos escolares, laborales o profesionales. La vacuna no inmuniza solo evita que el contagio no sea grave. El virus los espera en cualquier lugar. Nadie quiere estar encamado en un hospital, los medicamentos pueden faltar y peligrar su salud.
Gran parte de que la pandemia se dispare, han sido los comportamientos irresponsables de algunas autoridades, como el caso del Químico Benítez en Mazatlán, cuando concentra multitudes en el malecón para festejar la llegada del año nuevo. El rebrote pandémico no se hizo esperar.
Benítez Torres debería ser enjuiciado en el Congreso por la irracionalidad de sus acciones, aunque el ciudadano también tiene su culpa, no lo obligaron a asistir. Dicen temer al contagio. Los hechos demuestran lo contrario.
Pandemia e inseguridad son en estos momentos el talón de Aquiles del gobierno morenista. La Secretaría de Salud haciendo intentos por detener concentraciones irresponsables, pero ha faltado más determinación por quien Gobierna Sinaloa.
No deje que lo midan Gobernador. El Químico Benítez es de los que gusta imponer esos retos. Se sigue doliendo no encontrarse sentado en la silla del tercer piso de Palacio de Gobierno. Dice ser amigo del Presidente, pero ese chascarrillo lo hemos escuchado muchas veces.
Benítez Torres anuncia el carnaval de Mazatlán y afirma que se llevará a cabo como se tiene programado. Según él, no habrá suspensión de esa fiesta tradicional en Mazatlán. Es más importante la salud colectiva de los sinaloenses, que un capricho personal.
La inseguridad se empata con la pandemia. Más aprietos para Sinaloa. Sigue habiendo vacíos de autoridad. No hay forma de que los delitos disminuyan. El Secretario estatal de seguridad pública, siempre con sus cuentas alegres anunciando menos delitos cuando los datos registrados no son los que el anuncia. Mueren niños y mujeres y no hay autoridad que lo detenga.
Gobernador sincérese con los sinaloenses. Usted es un hombre probo, jefe de familia entregado a sus hijos y a sus nietos. Empeñó su compromiso de velar por la seguridad y el bienestar de sus conciudadanos. No se ven estrategias efectivas para combatir el crimen y la inseguridad. El tiempo sigue y el temor social está presente.
No hay acciones que pongan freno al delincuente. El delito se comete y no se esclarece. Las detenciones cuando las hay, han sido por casualidad y no por investigaciones profesionales y científicas. Dirá usted que es poco tiempo para tener resultados. El ciudadano se impacienta y la impunidad se arraiga.
¿Seis años de prueba para un funcionario en seguridad pública estatal no han sido suficientes para demostrar su incapacidad para el cargo? ¿Son más importantes los favores políticos que la tranquilidad de los sinaloenses? usted tiene la palabra señor Gobernador.
¿Usted qué opina?