Impacto sofocador la declaración del Presidente cuando dice que si para bajar la violencia habría que pactar con los delincuentes, lo haría.
Miércoles 31 de mayo de 2023.
El asunto no es pactar, de hecho, la alianza gobierno delincuentes ya está consumada desde el momento que el Presidente oficializó los abrazos y no balazos en el combate a la criminalidad como uno de los ejes estratégicos del Plan Nacional de Desarrollo.
La estrategia nacional de seguridad pública, implementada por esta administración federal, es una de las que ha recibido el peor de los fracasos. Se oficializó la presencia militar en las calles, una medida que lejos de intimidar a los delincuentes, parece que los entusiasmó.
El gobierno no solo ha sido secuestrado en el mando nacional, sucede lo mismo en los estados y municipios. Los soldados no hacen frente al delincuente, solo le aseguran el producto del delito. No detienen malhechores porque no están preparados para detener legalmente y si no cumplen con esa formalidad, los delincuentes obtendrán su libertad.
El asunto es que el Presidente se molesta si el delincuente es liberado, forzosamente quiere que se les prive de la libertad sin que se reconozcan sus derechos. Aprovecha las mañaneras para despotricar contra los jueces y los acusa de que por su culpa muchos delincuentes andan en libertad.
La Guardia Nacional, que dicen que es civil, no se preocupa por aprender las reglas que tiene que aplicar para investigar, obtener pruebas y detener al delincuente. Prefieren golpear el panal para que las abejas bandidas se vayan con sus panales a otro lado.
La declaración del Presidente implica renunciar a sus obligaciones constitucionales. Pactar con la delincuencia, es convertirse también en un delincuente, agravia depravadamente a la sociedad y la entrega a la inseguridad ¿Abrazar al delincuente y no ponerlo tras las rejas?
Solo faltaba que la sociedad escuchara por voz propia de quien gobierna, esa manifestación de derrota y fracaso. Los policías vestidos de soldados han sido un total fracaso. La estrategia no ha sido combatir a la delincuencia, el interés ha sido desmantelar las policías y llevarlas a su extinción.
Los gobiernos estatales siguen el mismo rumbo, dictan sus discursos de que se trabaja intensamente para que el delito no quede impune y se castigue al delincuente, cuando se siente que la cobija que arropa a la sociedad es la inseguridad.Los delitos siguen creciendo y las policías militares andan hechas bolas porque no hacen nada para evitar el crimen y lo escandaloso es que al delincuente tampoco lo detienen. La Fiscalía General de la República se queja con el Presidente y culpa a los Ministros de la Corte que son los responsables de que al delincuente no se le castigue.
En Sinaloa, la delincuencia trabaja sola, no hay autoridad que la detenga. Muchos delitos se cometen y no se castiga al delincuente. Prefieren los pleitos políticos con las autoridades de la Universidad Autónoma de Sinaloa, que implementar estrategias para combatir el crimen.
La violencia social es una realidad, pero prefieren judicializar las carpetas abiertas contra el Rector y sus funcionarios, con la seguridad de que van a fracasar en su afán de encarcelar a los misioneros de la educación.
Prefieren el pacto con la delincuencia que conciliar las diferencias políticas con los mandos de la Universidad. Lo que pone al descubierto el maridaje entre el gobierno y los criminales.
La estrategia para combatir la inseguridad ha sido tan fallida como fallidos serán todos los intentos del gobierno de criminalizar a las autoridades de la UAS porque habrán de enfrentar nuevas estrategias que fortalecerán su defensa y demostrarán la persecución política de la que son objeto.
La injuria y la denostación por parte del gobierno no detendrá la marcha de la institución con Jesús Madueña al frente como Rector.
La UAS no se toca, la autonomía universitaria se respeta.
¿Usted qué opina?