No hay estrategia que resuelva esta situación de inseguridad, o cuando menos que la disminuya. El temor sigue y no se ve solución cercana.
Marzo 10 de 2025.
Patrullajes permanentes o filtros militares a la vista. Ninguna de esas estrategias disuasivas prospera. Los hechos violentos siguen cobrando víctimas. Homicidios y levantones siguen siendo demasiados, los robos de vehículos sin parar.
La gente quiere respuestas y no discursos de que la inseguridad se está atacando. Es cierto que los niveles de corrupción crecieron demasiado y en gran medida es la consecuencia que ahora padecemos.
Pero las autoridades que gobiernan siguen utilizando los mismos pinceles en el nombramiento de los mandos en las instituciones de seguridad pública y procuración de justicia. Parece que las complicidades siguen arraigadas en esas dependencias gubernamentales.
Se ha señalado en este espacio de opinión que en la Fiscalía General del Estado no se investiga, la simulación sigue siendo la premisa, los rezagos continúan y los delitos se siguen sin que se resuelvan. La impunidad sigue marcando la ruta de la inseguridad.
Las voces de los señores del Consejo Estatal de Seguridad Pública siguen silenciadas, los programas de prevención siguen guardados en las gavetas de los escritorios. Las policías vagando sin dirección y los delitos abultando la estadística que avergüenza. Es complicado exigir mucho, porque las policías civiles están quedando en desuso. Cada vez hay menos elementos en los estados de fuerza, porque no es cierto que en la Universidad de la Policía se estén formando nuevos elementos paras resarcir el daño que le han ocasionado a las instituciones policiales desde que se recurrió utilizar a los soldados para el combate a la inseguridad.
Las organizaciones de profesionales guardan silencio. También son ciudadanos a los que el crimen los puede alcanzar. Le temen a la inseguridad y tienen miedo a pronunciarse. Por su parte, los empresarios han decidido reunirse y analizar la situación en que se encuentran, pero no saben de qué manera iniciar la reactivación de sus actividades por la noche. Requieren presencia policial pero no la encuentran porque los elementos policiales son insuficientes para poder apoyar.
La necedad política del gobierno de sacar de los cuarteles a los soldados no tiene ninguna justificación. Recurrieron a lo fácil y la imagen del soldado se está deteriorando. Los vistieron de policías y la verdad no es mucho lo que están haciendo. Un SOS para el regreso de las policías civiles. Habrá que seguir observando como se degradan porque los tendrán hasta el 2028. Pero no, la milicia seguirá como Guardia Nacional, porque es una policía totalmente militar y dependiente del mando militar.
La oposición política en el Congreso Federal se ha echado y no se escucha, pero lo mismo ocurre en los congresos locales. Los sistemas estatales y el nacional de seguridad pública, se han perdido, se convirtieron en empleados del gobierno, los cooptaron las dádivas que reciben con sus salarios y prestaciones. Las instituciones policiales civiles las seguiremos añorando porque esa es la solución a las demandas de seguridad que todos estamos exigiendo.
¿Denostarlas de que están infiltradas por la delincuencia organizada o que los resultados de las evaluaciones de control y confianza no les favorece o la postura política gubernamental para abandonarlas? ¿Trazar sistemas apropiados para sanearlas y convertirlas en los mejores aliados de la sociedad para desterrar la inseguridad, no sería lo más conveniente? ¿pueden más las complicidades en el gobierno que recuperar las policías que resguarden la seguridad de todos nosotros?
¿Usted qué opina?