Surgen acuerdos que podrían resolver las diferencias entre la Universidad Autónoma de Sinaloa y el Gobierno del Estado.
Lunes 27 de marzo de 2023.
El conflicto no es solo del Congreso y de la UAS, porque en el proceso de creación de las leyes no interviene únicamente el poder legislativo sino también el Ejecutivo. Por tal motivo, la declinatoria de responsabilidades que sistemáticamente ha manifestado el Ejecutivo de que es un asunto del Congreso no encuentra sustento convencional.
El anuncio de la gran concentración universitaria causó reacciones que alertaron al Ejecutivo de reaccionar con inmediatez para detener esa expresión inconforme a la invasión estatal que afecta la autonomía universitaria de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
La postura es firme. La negociación es posible siempre y cuando las condiciones normativas no permanezcan tal y como el Congreso y el Ejecutivo las aprobaron. La defensa legal le aporta frutos a la UAS cuando los Jueces de Distrito le conceden las suspensiones solicitadas. La Ley Feliciano dejará de aplicarse en todo aquello que no produzca daños a la autonomía defendida.
Sin embargo, este conflicto, puso sobre la mesa, la gran complicidad que hay entre las diversas fracciones parlamentarias representadas en el Congreso como las del PRI y MORENA. Durante todo el desarrollo del conflicto provocado con la expedición de la Ley de Educación Superior de Sinaloa, la Mesa Directiva del Congreso del Estado, presidida por un priista, no se ha pronunciado en ningún momento. Todo el discurso denostativo ha sido del ronco pecho del Diputado Feliciano Castro Melendrez.
Me sorprende las participaciones que durante este proceso ha tenido la Diputada Gloria Himelda Félix a quien le reconozco probidad personal, capacidad y experiencia legislativa, pero sus argumentaciones en la tribuna del Congreso no han tenido la fuerza, el impacto y la congruencia conformes a su formación jurídica. Su disciplina partidista ha sido más fuerte que sus convicciones en la defensa de la mencionada ley. De otros diputados mejor ni mencionarlos.
Luces de esperanza destellaron desde el recinto político de gobernación. Se anuncia la posibilidad de arreglos y reencausar las cosas por el camino que debió seguir desde el principio. Armonizar la Ley de Educación Superior de Sinaloa con la Ley General de Educación Superior y la Constitución Federal. La autonomía universitaria es un valor que debe permanecer intocado porque es la esencia de la Universidad Autónoma de Sinaloa en la educación de calidad que imparte a la juventud sinaloense y a la del noroeste del País.
Quienes se dedican al periodismo y lo han hecho por lustros y décadas, han dedicado creatividad y esfuerzo para definir las particularidades que originaron el conflicto, llegando incluso a dar pormenores de los perfiles políticos de cada uno de los actores que aparecen en el escenario de la batalla.
En este asunto, los grados políticos es lo que menos importa. Deberán prevalecer las ideas que resuelvan real y objetivamente las condiciones de seguridad educativa a cientos de miles de jóvenes mexicanos y tranquilidad a las familias de que la Universidad Autónoma de Sinaloa seguirá siendo la creación del semillero de profesionistas que como vetas de oro posibiliten el desarrollo y el progreso de Sinaloa.
La inconstitucionalidad de la Ley que violenta la autonomía universitaria es posible detenerla. Por un lado, esperar el dictado de las sentencias en los juicios constitucionales promovidos o presentar las iniciativas de reforma que deroguen la parte de la Ley de Educación Superior de Sinaloa que vulnera dicha autonomía universitaria. Por cuestiones de obviedad política, esta última medida sería la más conveniente. La autonomía de la UAS no se toca.
¿Usted qué opina?