Una Navidad diferente…
-Por José Angel Sánchez López-
Aunque se pierdan otras cosas a lo largo de los años, mantengamos la Navidad como algo brillante. Regresemos a nuestra fe infantil. Grace Noll Crowell
Llegó la Navidad…!
Pero hoy vivimos una Navidad diferente, muy diferente a la de los años pasados.
La pandemia, la situación económica provocada también por el virus y por la incertidumbre de hacia donde va la economía y el futuro de nuestro México.
Si, son días que para los cristianos nos trae el recuerdo de la llegada de Jesús, aquel que vino al mundo en un humilde portal de Belén para dedicar su vida y su memoria a través de los siglos a buscar la salvación divina de los humanos, a predicar la paz, la hermandad y el respeto entre los hombres.
Un mensaje que a través de los siglos no ha sido entendido por muchos que buscan poder y mas poder, no para servir sino para servirse.
Las celebraciones de esta Navidad no se parecen en nada a las anteriores.
Hoy, se han ido muchos seres queridos, muchos conocidos y muchos mas que aunque no conocimos si nos impacta su muerte colectiva.
En esta ocasión no hubo las tradicionales posadas.
Si bien, reuniones de pequeños grupos de amigos o familiares guardando la sana distancia y las precauciones debidas para evitar los contagios.
Pero aquellas fiestas de grandes grupos, los niños jugando, los adultos conviviendo cada quien a su manera, las pastorelas, la petición de posada, las piñatas… han sido cosas del recuerdo de un pasado que todos extrañamos y deseamos que un día regrese.
En miles de hogares, la cena de Navidad es diferente.
Quienes pudieron prepararon su pavo, el lomo o la pierna para cenar con la familia mas cercana.
En otros hogares, quizá un pollo.
Y en muchos mas solo una frugal cena.
Pero en casi todos los hogares, sillas vacías con el recuerdo de los ausentes, unos por la distancia, otros porque se nos adelantaron en el viaje sin retorno…
En cientos de miles de hogares mexicanos, no hubo juguetes para los niños… la situación económica o los riesgos de salir de compras para evitar las aglomeraciones impidieron la llegada de Santa Claus o el Niño Dios.
Hasta en los templos se sintió la ausencia de cientos de fieles que acudían a orar ante el nacimiento.
Es otra Navidad, muy distinta a las anteriores.
Al menos la Nochebuena si nos dio lugar para reflexionar.
Para recordar a los familiares, amigos, a los seres queridos que la pandemia nos ha arrebatado.
Para ellos no hubo Navidad terrenal.
Para ellos, el recuerdo y la oración.
Pero la Navidad nos dio lugar para recordar al niño que hace 2,020 años nació en el pesebre de un portal de Belén.
A Jesús de Nazaret que vino a predicar la paz y el amor y el respeto entre los humanos y que fue la piedra angular de lo que hoy es la iglesia católica, el cristianismo…
Es otra Navidad.
Diferente a las anteriores, pero es Navidad.
Celebremos recordando a los que se fueron y agradeciendo por los que aun estamos aquí.
Celebremos orando por ellos, por nosotros y por nuestro país que está en riesgo.
Y recordemos: Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad…