El presidente López Obrador arremetió contra el INE después de que la participación en la consulta popular fuera de tan solo 7.1 por ciento
A pesar del fiasco en la participación de la consulta popular sobre enjuiciar a los expresidentes, el actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador, la calificó este lunes de “triunfo” a la vez que culpó al Instituto Nacional Electoral (INE) de no poner “voluntad” en la organización.
“Ellos no tenían entusiasmo por esta consulta y no han tenido entusiasmo por la democracia. Fingen ser demócratas”, acusó en su rueda de prensa matutina López Obrador, quien desde hace un tiempo ha convertido al INE en el blanco favorito de sus críticas.
Como cabía esperar, el ‘Sí’ arrasó con 97.7 por ciento de los votos en la consulta popular, la primera a nivel federal en la historia de México, pero el plebiscito pinchó con una participación de 7.1 por ciento, muy lejos del 40 por ciento necesario para que fuera vinculante.
El ejercicio se había interpretado como una muestra de fuerza del oficialismo de cara al referéndum del próximo marzo sobre la revocación de mandato del presidente.
López Obrador tuvo 30.1 millones de votos en las presidenciales de 2018, su Movimiento Regeneración Nacional (Morena) ganó las intermedias del pasado junio con 16.8 millones y en la consulta del domingo solo votaron 6.6 millones de personas.
“Como mecanismo de participación ciudadana fue un fracaso porque el porcentaje de participación es mínimo. Pero para el presidente es una especie de éxito para medir el grado de movilización de sus estructuras”, opinó Gustavo López Montiel, politólogo del Tecnológico de Monterrey.
Reproches contra la autoridad electoral
Todavía no había concluido la consulta popular del domingo cuando Morena ya acusaba al INE de boicot por colocar solo un tercio de las mesas electorales que hubo en las elecciones intermedias de junio.
El presidente del INE, Lorenzo Córdova, recordó que el Congreso, con mayoría morenista, rechazó ampliar el presupuesto del organismo para organizar la consulta, algo que no convence a López Obrador.
“No es una cuestión de presupuesto, es una cuestión de voluntad. Cuando se quiere, se puede”, espetó este lunes el mandatario.
También arremetió contra los medios de comunicación por su “silencio” en la difusión de la consulta y los acusó de obstaculizar “el avance democrático” del país.
De todos modos, el presidente celebró que “nunca había participado tanta gente en una consulta”, aunque fue la primera que se celebró de forma legal en todo el país.
“Por eso ahora es un triunfo el que 6.6 millones de ciudadanos hayan participado ayer independientemente de lo que decidieron votar, aún con todo lo confuso de la pregunta”, expresó el mandatario, convencido que en el próximo referéndum votará más gente.
Una consulta muy confusa
El plebiscito se caracterizó por la confusión en torno a la pregunta, sus imprevisibles consecuencias y la postura del presidente, quien a pesar de convocarlo no fue a votar.
En un inicio, proponía enjuiciar a los expresidentes Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), Ernesto Zedillo (1994-2000), Vicente Fox (2000-2006), Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018) por corrupción, fraudes electorales y la guerra contra el narcotráfico, entre otros males.
Pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) modificó la pregunta para preservar la presunción de inocencia y dejó un enunciado muy abierto que planteaba a los mexicanos si quieren “emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados”.
“No es un tema que despertara el interés de la ciudadanía. La pregunta reformulada quitó las palabras ‘expresidente’ y ‘juicio’, y no generó interés”, dijo López Montiel.
El enunciado dividió a los mexicanos entre los que creían que la consulta podía acabar con la histórica impunidad en el país y los que consideraban absurdo votar para que se aplique la ley.
De ganar el ‘Sí’, Morena prometió la apertura de una Comisión de la Verdad para investigar los crímenes de las anteriores Administraciones.
Pero López Obrador nunca fue muy claro al respecto e incluso rehusó votar en la consulta que él mismo convocó porque su “fuerte no es la venganza”.
“Quiere tener una posición de magnanimidad. Él pone el tema y pone la consulta pero él no decide”, consideró el politólogo.
Una vez más, el mandatario no quiso mojarse más de la cuenta y evitó hablar de la Comisión de la Verdad, pero avisó que aunque la consulta no sea vinculante ello “no descarta la posibilidad de que haya juicios”.
“La autoridad tiene el derecho de actuar cuando se trata de asuntos judiciales siempre y cuando haya pruebas y elementos. Esto queda abierto”, dijo.