LO QUE HAY QUE HACER PA’ TRAGAR
Por: Roberto Montoya Martínez
ABRIL 6 DE 2024
Erase que se era, un galán telenovelero, que pagó derecho de piso para hacerse de un primer crédito. En aras de progresar, se muda de televisora, donde le fue muy bien.
Todo iba de perlas, hasta que su casa de trabajo decidió no hacer más telenovelas. Cabizbajo, meditabundo y arrepentido, volvió a la empresa que le dio su primera oportunidad. Lamentablemente, fue utilizado como actor de relleno.
Cansado de esperar una llamada que no recibirá, ahora vende caldo de hueso en bazares y expos de emprendedores. Aquí les compartimos la hoja de vida de Sergio Bazáñez.
Sergio Basáñez nace en Poza Rica, Veracruz, México, el 4 de mayo de 1970. es un actor mexicano. Inició su carrera artística en producciones de Televisa, y más tarde comenzó a trabajar para TV Azteca. Debutó en 1990 en la telenovela Amor de nadie, protagonizada por Lucía Méndez. Pese a su trayectoria en Televisa, en 1999 comienza a colaborar en la televisora del Ajusco, donde trabajó por más de 15 años.
De esa etapa, sus trabajos más recordados son CUANDO SEAS MÍA (2001) y AMOR EN CUSTODIA (2005), que tuvieron buenos números de audiencia.
En 2017, TV Azteca dejó de hacer telenovelas, ya que a decir de Alberto Ciurana (QEPD), estas dejaron de ser negocio para el canal. Ello propició su regreso a Televisa, donde fue actor complementario. POR AMAR SIN LEY, LA HERENCIA y LA DESALMADA, son algunos de los trabajos donde participó.
El actor explica que dejó de trabajar en la televisión, es porque la forma de realizar conceptos ha cambiado. Las telenovelas se graban al ritmo de las series, cosa que si le hizo algo de ruido. A su decir, explica esta nueva forma de ganarse la vida: “Ya tengo cuatro meses probando mi caldo de huesos ‘Baak’ y me ha ido sensacional.
Ahora les tengo una sorpresa: salió el caldo de hueso para mascota, para su perro, para su gato”. Hasta eso que le ha ido bien. Gana más vendiendo su producto que chambeando en la televisión.
Lo que hay que hacer pa’ tragar. En lo que algún productor se apiada de él, se pone a vender su mercancía, de donde saca sus buenos tecolines. El artista confiesa que le ha ido bien.
Aunque extraña las candilejas y el oropel de la artisteada, cobra conciencia de que ya no está en edad de que le den un protagónico. Hay que ganarse la vida señor Bazáñez. A última hora se hace más rico con su caldo de hueso que haciendo culebrones. Sin miedo al éxito señorón. Que haya suerte…. Y algo más.