LA ETERNA DIANA CAZADORA
Por: Roberto Montoya Martínez
Qué triste es ver como se están yendo los amigos. Muchas leyendas del cine nacional han partido en este año. Recordemos a Ignacio López Tarso, Gloria Mange y Andrés García entre otros.
Afortunadamente aún quedan leyendas vivientes de la cinematografía nacional. Tal es el caso de una actriz que desafió a esta industria con su audacia al salir desnuda, tanto en su juventud como en su etapa de madurez.
Ha hecho de todo y sin medida. Una de las pocas actrices completas que hubo en el ambiente. Ahora, en el invierno de su vida, y retirada de la actividad profesional, apaga ahora 94 velitas. Recordemos juntos con la fuerza del corazón, a la gran Ana Luisa Peluffo.
Ana Luisa de Jesús Quintana Paz Peluffo nació el 9 de octubre de 1929 en Querétaro, México. Hizo su debut en la pantalla grande en un rol pequeño en la película estadounidense de bajo presupuesto Tarzán y las sirenas en 1948, último film dirigido por Robert Florey, con la fotografía del mexicano Gabriel Figueroa y último film en el que el actor Johnny Weissmuller interpretó a Tarzán.
En México inició su amplia trayectoria de más de 160 películas con La venenosa de 1949. En 1955 filmaría la cinta La fuerza del deseo, en la que personificaba a una modelo y por la que se le atribuye el primer desnudo realizado en el cine mexicano. Después de esta película, Ana Luisa solo se dedicó a hacer comedias y melodramas. Luego regresó a sus raíces en los años setenta y ochenta al hacer varias escenas de desnudos en diferentes películas.
Por su participación en la película La Diana cazadora, se rumoró que su cuerpo fue usado como modelo para la estatua homónima localizada en la Ciudad de México, algo que se comprobó ser falso. Algunos de sus trabajos más recordados en cine son: DOS FANTASMAS Y UNA MUCHACHA (1959), EL FANTASMA DE LA OPERETA (1960), TRIÁNGULO (1971) y EL REVENTÓN (1975). También hizo televisión, siendo su última intervención en la pantalla chica en 2014 en la serie EL MARIACHI.
Buen aniversario a la eterna Diana Cazadora. Aunque ella no posó para la estatua, ella protagonizó una película que narra este hecho que cimbró en su momento a la conservadora y tradicionalista sociedad mexicana. Atrevida, osada, audaz. Sin faltar lo bella e inteligente. Eso es y sigue siendo Ana Luisa Peluffo. Muchas felicidades, y gracias por el buen cine.
