¡HELP! ¡NECESITO WORK!
Por: Roberto Montoya Martínez
JUNIO 29 DE 2024
Que triste es llegar a viejo. Es un constante sufrir. Y es que con la ancianidad llega la segregación. Se supone que en el mundo del arte no se aplica la discriminación por cuestión de edad, no en balde Sergio Corona y Eric del Castillo siguen trabajando.
Desafortunadamente, esa apertura no se da en todos los casos. No olvidemos a Martha Ofelia Galindo que hace justo un año, pidió su oportunidad, a pesar de tener 94 años. Ahora, otro primer actor clama por trabajo pues desde hace dos años solo recibe las migajas de las regalías que le da la ANDI por las pelis y novelas donde trabajó. Para que sepan de quien estoy hablando, es el señor Sergio Kleiner.
Sergio Kleiner nació en Buenos Aires (Argentina), el 23 de marzo de 1936. incursionó desde niño en diversas plataformas, donde demostró sus cualidades artísticas e histriónicas.
Inició su carrera profesional en teatro, con la compañía de la actriz mexicana María Tereza Montoya, con la que hizo una gira por Centroamérica, inicialmente programada para durar seis meses, tras la cual llegó a México, donde habría de instalarse en forma definitiva y desde donde ha desarrollado su carrera artística.
Tiene en su haber participaciones en cine, teatro y televisión. También ha ejercido como escritor, director y maestro de actuación. En la pantalla grande, debutó en la película de Alejandro Jodorowsky Fando y Lis, que protagonizó en 1968 y que despertó una gran polémica en su época.
En teatro, en casi un centenar de puestas en escena, dio vida a personajes diversos. En la década de los 90 tuvo la particularidad de ser galardonado simultáneamente por la Unión de Críticos y Cronistas de Teatro con el premio al mejor actor y a la mejor actriz por la interpretación de “Madame Hortensia”, en la obra Orquesta de señoritas. En 2014, en la obra teatral La última sesión de Freud, interpretó a Sigmund Freud.
Apareció en El último encuentro, de Christopher Hampton, basada en la novela de Sándor Márai, adaptada y dirigida por Raúl Quintanilla, en el Centro Cultural Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 2017, se presentó en la obra Obituario, de Guillermo Schmidhuber, con Leonardo Mackey, bajo la dirección de Gonzalo Valdés Medellín, en Casa Actum.
Como director teatral, en su debut con Si todos los hombres del mundo, fue galardonado con el premio a la revelación en dirección teatral. Escribió, dirigió y actuó en Viaje con un actor, obra con la que recorrió México durante 20 años.
Destacan también Don Quijote murió del corazón, Frío almacenaje, El soñador navegante, La Malinche, El cascanueces, El pájaro azul, La jaula de las locas, Los chicos de la banda, El desperfecto, Dos vs. Una, Rainman: Cuando los hermanos se encuentran y La señorita de Tacna, entre otras.
En televisión, cuenta con una larga trayectoria, sobre todo por su participación en varias telenovelas, inicialmente en Televisa, en particular en papeles de villanos, y posteriormente en TV Azteca. Además, participó para Univisión en Te amaré en silencio, filmada en Los Ángeles, California, y con Venevisión Internacional grabó Pecadora, en Miami, Florida.
Asimismo, tiene intervenciones en programas unitarios, series y programas cómicos. Klainer compagina su ejercicio profesional con la enseñanza en su Taller de Actuación de Sergio Klainer (T.A.S.K.) y la redacción de guiones teatrales, que monta con sus alumnos.
Uno de los trabajos más recordados de este primer actor es la telenovela AMOR EN CUSTODIA (2005), donde interpretó al desfachatado Santiago Achaval Uriel.
Este primer actor tuvo que hacer acopio de sus redes sociales para pedir socorro a los productores y empresarios de la televisión para que le den jale.
Al igual que Kokín, don Sergio grita desesperado: ¡Help! ¡Necesito Work! Todavía está en plenitud de facultades. Todavía se ve entero. Libre de achaques. ¿Por qué no le dan oportunidad? Señores de Azteca, socorran a este actor, que en otros tiempos les dio a ganar mucho dinero. ¡No hay que ser! El sol sale para todos. Denle chance, Don Sergio a como se la pinten brinca, y en cualquier mecate tiende.
