CON ELLOS NI A LA ESQUINA
Por: Roberto Montoya Martínez
AGOSTO 1 DE 2024
Por tal de tener rating, Televisa es capaz de quebrantar la salud mental de cualquiera de sus colaboradores. Tal es el caso de un conductor, que siempre ha sido leal a la empresa.
Lamentablemente ese trato no es recíproco, pues al programa donde participa, llevan a dos personas que no son santas de su devoción. Un cómico en decadencia y una edecán venida a vedette, han obligado al comunicador a dejar el estudio. A él le importa que el programa tenga buenos números, pero que eso no sea a sus costillas. Échense este trompo al’ uña.
A Paul Stanley se le agotó la paciencia y va a llegar el día en que explote contra la producción del programa HOY: La razón: invitar a Mario Bezares y Paola Durante, a quienes no puede ver ni en pintura.
El comunicador, hijo del malogrado locutor Paco Stanley, no soporta a esos personajes, ya que su sola presencia lo remonta a uno de los días más tristes de su vida: el asesinato de su padre. Aunque ya pasaron 25 años, para Paul las heridas siguen abiertas, lo cual explica el que no quiera ver a los que ahora son parte del elenco de LA CASA DE LOS PANDROSOS, digo, FAMOSOS.
El conductor argumenta que no le importa ni le interesa restablecer relaciones con esos fulanos, ya que no quiere ensombrecer su felicidad con un hecho tan lamentable, que no solo laceró su corazón, sino que también inhibió su capacidad de perdonar.
El perdón exige olvido, y el señor Stanley no puede olvidar. Si de algo le sirve, Mario y Paola perdón no le piden, ni piedad le imploran. Solo desean que siga feliz su camino y que le vaya bien.
Paul Stanley es enfático al decir: Con ellos ni a la esquina. Ahora que está felizmente casado y padre de un hermoso bebé, no dejará que el crimen que ensombreció a un país entero le amargue la vida y la de los suyos. Desde luego no le guarda rencor a Mayito y Paola, pero no los quiere volver a ver en aras de su salud mental.
La empresa debe transigir con la decisión del conductor de no estar junto a ellos, ya que eso a Paul le causará más daño que beneficio. A fuerza ni los zapatos entran.