Después de tantas especulaciones, mitotes y jaloneos, se concretó el gran negocio, donde una televisora en decadencia podrá no solo revivir viejas glorias, sino que además le va a dar careada al titán de la TV vía streaming. Pero en esta lucha no estará solo. Se va a aliar con su símil gringo que no solo tiene el capital, sino también las ganas de entrarle a la competencia. Que se pongan a temblar las plataformas de TV, que los televisos van con todo. Échense este trompo al’ uña.
Después de tantas largas, por fin lograron fusionarse Televisa y Univisión para ser en si una misma empresa. Ya era hora de que Emilio Azcárraga entrara a varas.
Dejó que su orgullo se hiciera pedazos, y tuvo que entrarle al toro con sus socios gabachos. Solo así no solo le darán pelea a Netflix, Amazon y plataformas digitales similares, sino que también volverán aquellas súper producciones que ya se echan de menos.
Se volverá a invertir en telenovelas, musicales y comedias. Azteca tampoco debe confiarse, pues también le va a tocar palo.
La empresa de San Ángel tiene pique con su símil del Ajusco, pues no solo les ganan en rating con ciertos programas, sino que también le bajan a la malagueña a parte de su talento. No olvidemos a Paty Cantú y María León que salieron peor que Judas.
Con esta fusión, el Tigre volverá a rugir donde quiera que esté, pues dadas las nuevas circunstancias obligarán a la televisora a ser más competitiva y cubrir realmente las necesidades reales de los televidentes, a los cuales han ignorado olímpicamente, y que estos les demostraron que no son tan ingenuos como en los tiempos del patriarca de los Azcárraga, y no me refiero al abuelito de Emilio Jr.
Esperemos que la lección haya sido provechosa, y esta vez se apliquen.
Ya se habían tardado. Televisa se puede ya poner al tú por tú con sus adversarios, tanto en tele abierta como en plataformas digitales.
Ojalá y aproveche esta oportunidad. Esta fusión con Univisión hará posible que la empresa de San Ángel reviva viejas glorias y vuelva a producir programas de calidad como en tiempos de otrora. Azcárraga y su gente creyeron poder solitos con Blim y competir con Netflix, y al final les salió el chirrión por el palito. ¿No que no tronabas pistolita?