OLEGARIO CONTRERAS: “LA VOZ ELEGANTE DEL CUADRANTE”
Martes 3 de octubre de 2023.
¿Reconoce usted la rúbrica de “Pobre Bohemio”?. Seguramente que sí, pues presentaba a uno de los programas más gustados de la radio: “LAS RANCHERAS DE CONTRERAS”, dicha emisión fue conducida por un locutor que se le conoce como “LA VOZ ELEGANTE DEL CUADRANTE”. Nos referimos al Profesor Olegario Contreras Rubio, quien también ha escrito páginas muy importantes de “LA HISTORIA DE LA RADIO EN SINALOA”. He aquí datos muy importantes de su vida y obra.
”Cuando yo empezaba en la radio, se estaba ya diluyendo, se estaba quedando atrás el auténtico radio romántico en esta ciudad de Culiacán. Te hablo de radio romántico porque en aquellas épocas, en aquel tiempo, pues para ser locutor necesitabas tener una voz muy pastosa, una voz muy fuerte, se consideraba que no llenaba pues los requisitos de un buen locutor si no tenías una voz gruesa, una voz potente.
En aquella época, la época romántica del radio, el locutor pues, hacía todo, producía su publicidad, era operador de su programa, quiero decirte que en la época romántica de la que yo te comento, el locutor identificaba las siglas de la estación.
¿Por qué te digo esto?, te digo porque el locutor se identificaba a través de las siglas, o sea, decían, -vamos a escuchar un programa fulano de tal en las siglas fulana de tal-, entonces, en esa época, el locutor era todo, era maestro de ceremonias, locutor de cabina, producía los anuncios, los operaba en cabina, Incluso, la música tendía que seleccionarla de acuerdo con el programa que estaba presentando”.
Al calor de una taza de café, Ole, como le dicen los amigos íntimos de este locutor nacido el 2 de octubre de 1937 en Culiacán, Sinaloa, nos relataba como eran las voces cuando él empezaba en este bonito quehacer::”Eran voces graves, pastosas, pero tú me quieres preguntar que si qué voces eran las más reconocidas de aquella época desde luego, ¿no? Acuérdate que el radio en aquella época era radio de teatro-estudio, porque teníamos la historia de que la “W” de México se trabajaba en teatros-estudios, y ahí se hacían los artistas, no había televisión en aquella época.
Te estoy hablando de 1967, que no llegaba pues la televisión masivamente a toda la república mexicana, particularmente a Sinaloa. Entonces, las radios aquí en Culiacán tenían sus radios-estudios, y ahí manejábamos nosotros programas en vivo. Quiero decirte que la CQ tenía su teatro-estudio por la Escobedo, antes de llegar a la Rubí, donde ahorita actualmente se encuentra una mueblería o algo así”.
El profe hizo uso de su memoria y recordó a un personaje célebre en los medios durante esa época, pero dejemos que él nos lo diga: ”Déjame mencionarte a un señor que se llamaba Carlos Peregrina, que tenía un programa de teatro, es decir un programa donde era un control remoto que tenía él a través de unas tienditas, esos señores de las tiendas, de negocios, ya tenía la visión de lo que era el radio, se llamaba el señor Nacho Campos. Entonces, el señor Carlos Peregrina a control remoto, desde ahí anunciaba a toda la población, a toda la gente, a todo el auditorio, y la gente venía a verlo, venía a conocerlo, le traían regalitos, puerquitos, le traían gallinitas, le decían el Raúl Velasco de aquel tiempo de la provincia.¿No?. Olegario hizo mención del retirado comunicador celayense, dado que Carlos Peregrina era un locutor carismático y se dejaba querer por la gente que acudía a los controles remotos.
En cuanto a la modulación, Olegario dijo lo siguiente:”El locutor aparte de tener su voz, tenía que tener una muy buena modulación,¿Verdad?, porque era la figura, era, voy a escuchar al señor Alfonso L. Paliza, que tenía una dicción extraordinaria y una modulación muy bonita.
Escuchar por ejemplo, a Pepe Sánchez, con una modulación extraordinaria, y ellos se preocupaban mucho porque había que estudiar mucho, mucha gramática, ellos estaban pensando que iban a entregarle a su público a través de la radio su estilo de voz.
Entonces se preocupaban mucho por estudiar la modulación de la voz en aquel tiempo. Era esencialmente importante para el locutor en aquella época”.
Hasta eso que Olegario agarró buena escuela.
”Bueno, pues la historia, todo va cambiando, todo es un ciclo en la vida, acuérdate que tenemos ahorita la modernización electrónica, que ha venido a cambiar totalmente todo lo que yo te platicaba con mucha emoción de lo que era el locutor de antaño.
Ya el disco famoso que al caer se rompía, ya no existió tampoco, era acetato el que manejábamos nosotros. Te digo, me tocó entrar a la época más moderna de la radio, se fue perdiendo casi ya esa obligación que tenían las empresas de decirle al locutor-tú tienes muna muy buena voz, vas a ser locutor-, ahora ya no, el radio actual. Entonces ya se perdió totalmente el locutor, casi ya no somos famosos, porque ahora las famosas son las siglas, porque ahora la radio comercial ya nosotros somos más que instrumento en la actualidad para los fines que tienen las empresas, ya no le interesa mucho el locutor”. Sumamente desgarrador este testimonio que nos dio el profe, quien nos mostró una realidad irrebatible, los locutores, particularmente los sindicalizados, no somos más que números, y que mientras le seamos útiles a la empresa, nos mantendrán ahí el tiempo que ellos consideren.
”Como te digo, si eran considerados estrellas porque la gente los hacía estrellas, el locutor se preocupaba también por ser una estrella, se preocupaba por tener personalidad, tanto física como una personalidad mental, porque él se preocupaba de que su hora de trabajo, su nombramiento como locutor era una imagen dentro de la sociedad en donde él se desarrollaba.
Y sí era una persona estrella, pero no porque él quisiera ser estrella, sino porque la gente los hacía estrellas y porque había muy pocos locutores en aquel tiempo, y se trataban todos de destacar lo mejor que pudieran, porque la misma sociedad los hacía estrellas”.
Este comentario salió a colación porque en otras épocas el locutor sí era una verdadera personalidad, no un simple trabajador de la industria radiofónica, como se nos cataloga hoy día.
En cuanto a la animación de programas, Ole nos comenta esto:”Los programas se animaban, remontándome a la época de nosotros, a través de teatros-estudios. Programas en vivo que Eran bien aceptados por la sociedad, pues se hacían concursos, se hacían regalos, habían las fechas clásicas que eran el día de las madres, las navidades, las posadas, se llevaban a cabo todo un mes de posadas, y eso pues, era muy bonito.
Y eran programas muy animados, además que eran combinados con programas que había en cabina, donde el locutor, como te decía yo, ya iba dejando la cosa romántica, y se entraba a la dinámica de la radio en cabina, paralelamente con los teatros-estudios de aquella época”.
Y pensar que fue cierto, ahora se tiene más contacto con el público a través de los controles remotos que en las propias emisiones de cabina, pues como decía acertadamente nuestro entrevistado: Los tiempos cambian, y los locutores contemporáneos no pueden quedar en el rezago, por el contrario, debe estar a la vanguardia con los formatos de la radio actual, sin olvidarse de quien siempre lo acompaña: el amable auditorio.
Ya que estamos entrados, quisimos preguntarle al profe como empezó su trayectoria, y sobre todo, xsi alguna vez se sintió estrella. Esto nos contestó:”¿Te refieres a mi?, no, nunca.
Fíjate que yo nunca me he considerado estrella, porque a mi…yo empecé en la radio por una coincidencia de la vida, como todos saben, yo iba pasando por ahí, y les repito, había un concurso de locutores en el teatro-estudio de la CQ por la Escobedo.Íbamos pasando unos compañeros que veníamos de la Normal (Escuela), veníamos a tomarnos una nieve, un café acá a la plazuela Obregón, y por ahí estaba un señor García Rivera, que era el gerente, me acuerdo de aquella época, y me dijo: -MUCHACHOS, QUEREMOS…
ESTAMOS YA EN LAS SEMIFINALES DEL CONCURSO, PERO NO VINIERON LOS CONCURSANTES, NO PUDIERON VENIR, PUEDEN PASAR USTEDES-, y nos vimos la cara todos y dijimos-¿PASAMOS?,PUES PASAMOS-, pues éramos estudiantes de la Normal. Pasamos y yo pasé a finales, le gané a mis compañeros, pasé a finales, y ya en finales gané el concurso.
Ya una vez que gané el concurso me dieron mis premios, el premio consistía en darme un viaje a la ciudad de México para presentar mi examen de locutor, más unos regalos que ahí nos daban, y darme la oportunidad de trabajar en radio”.
Así recuerda Olegario Contreras sus inicios en este noble arte, mas él pensó por un momento que era una vacilada, dado que le restó seriedad al asunto, pues estaba ya enfilado a ser profesor normalista, sin pensar que estaba dejando escapar la oportunidad de ser alguien con reconocimiento público y acreedor del respeto de la comunidad.
”Sin embargo, yo gané el premio, ya no regresé, yo quería terminar mi carrera de profesor normalista, ya no regresé, duré un mes y ahí me anduvieron buscando.-el muchacho que ganó el concurso no ha venido-.
Total, fui, me dieron mis premios, que fuera a México a hacer mi examen, nunca fui, entonces estaban ocupando un suplente de locutor, y yo iba a hacer las horas ahí, pero no me llamaba mucho la atención la locutoreada. Así empecé yo en la radio, ya como en 1967 ya fui a México a presentar mi examen para ser locutor, ya vine, y empecé a trabajar bajo la dirección de un señor, Héctor Félix Paliza, que todavía él está trabajando para una estación de radio”.
Olegario, quien recibió el reconocimiento tanto de su familia como de la gente que le rodea en el año 2003 por sus 47 años de trayectoria ininterrumpida dentro de los medios de comunicación, nos dio una muestra de humildad con esta declaración:
“Uno nunca debe considerarse estrella, la gente es la que te debe decir, te debe de mencionar, realmente si al auditorio le caes bien en un programa, como lo anuncias como llevas un programa, ello son los que deben de decir y no el locutor, tenemos que decir –HOLA, YO SOY FULANO DE TAL, YA LLEGUÉ, YA ESTOY AQUÍ, Y ME LLAMO FULANO DE TAL-.
Nosotros como locutores entregamos al público, entregamos al auditorio lo que nosotros somos, lo que nosotros queremos dar, ya el auditorio es el que te va a calificar”.
Tras esta lección de humildad, el buen Ole, hace una remembranza de quienes fueron sus compañeros en las lides profesionales, sin importar si trabajaron con él o no: ”Bueno, son muchas mis generaciones, acuérdate que llevo más de 4 décadas en la radio, Yo recuerdo de los primeros cuando yo me inicié, recuerdo a Pepe Sánchez, como ya te dije, recuerdo a Carlos Corrales también de aquella época, Pepe Guerrero, José Galindo, después ya vino otro cambio, otro ciclo en la radio. Ya conocí al compañero Echegaray Picos (Salvador), a Juan Millán Lizárraga, estuve trabajando también con el señor Macedo, que estuvo en la NW y se cambió después a la CQ,.
Y quiero decirte una cosa, yo todos mis años, mis 40 años de trabajar en la radio, asiduamente he estado en una sola sigla, en XECQ, -La ranchera de Culiacán-, y nunca me he cambiado a otra estación de radio.
Y actualmente conozco, tengo muchos amigos porque pues ahora, pertenecemos a una organización radiofónica que es el Sindicato de Trabajadores de la Radio y la Televisión, en donde todos estamos hermanados, solidarios con un solo objetivo, donde yo les digo a todos mis compañeros:-No compañeros, no crea usted que es usted el mejor locutor, aquí todos somos obreros del micrófono, y como tal, deje usted a la sociedad que lo designe a usted como el mejor o el más locutor malo”.
Sabias palabras dichas por el profesor Contreras, quien está conciente que el radioescucha de nuestros días no es nada tonto, y que los aspirantes a ser locutor creen tenerlo todo con solo poseer una hermosa voz y ganas de triunfar, grasso error, lo dicho por Olegario es muy cierto, al sociedad debe calificar el trabajo de un locutor, no darse uno baños de pureza, pues quien se sienta libre de pecado, que lance la primera piedra.
Como mensaje final, dirigió las siguientes palabras a la nueva generación de locutores: “Más que nada , que más que un mensaje, quisiera decirles que sean responsables en su trabajo, si a ellos les gustó la radio, decidieron ser locutores, que lo hagan siempre con mucha profesionalidad, que sean muy respetuosos con su auditorio, que es muy importante, que siempre traten darle nuevas palabras a la gente, un nuevo vocabulario al auditorio, porque el auditorio siempre está ávido, está pendiente de los locutores que somos unos maestros masivos a través de la radio, entonces hay mucha gente que sí le gusta la cosa ágil, rápida, así muy tranquilona, pero hay otra gente que está muy pendiente-Voy a escuchar al locutor, a ver qué nueva palabra aprendo de ese locutor.
Yo les quiero decir a todos mis compañeros, a las nuevas generaciones que estudien, que se preparen, que sean gente para bien, para bien de la radio, y si son sindicalizados, que respeten mi organización, y que den todo lo que tengan que dar en su trabajo”.
Él es Olegario Contreras Rubio, un hombre enamorado de la radio, que sin descuidar la docencia ha trabajado durante 46 años de forma ininterrumpida. Y su programa “LAS RANCHERAS DE CONTRERAS” se transmitió, aunque con una hora menos, de lunes a viernes en punto de las 11: 00 A.M. a través del canal 92, XECQ, hasta su retiro de la industria, ocurrido en 2016.
Valuarte del sindicalismo, padre amoroso, forjador de varias generaciones de locutores y un gran ser humano, así fue el queridísimo profesor Olegario Contreras Rubio, quien lamentablemente, el 3 de enero del 2017. Como decimos en el medio, salió del aire este gran locutor, quien junto con Florita Núñez formó un lindo hogar, teniendo por hijos a Carlos, Jorge, Luís, Guillermo, Patricia, y Lourdes, todos ellos siguiendo el ejemplo de honradez y probidad de Olegario Contreras, quien siempre seguirá siendo LA VOZ ELEGANTE DE CUADRANTE.