JUEGO QUE TIENE DESQUITE…
Por: Roberto Montoya Martínez
De un par de años para acá, Livia Brito ha estado en el ojo del huracán. Y no es para menos. El partirle su mandarina en gajos a un paparazzi por metiche, el negarse a resarcir el daño ocasionado a ese pobre individuo, y el comportarse como una vil vedette en las grabaciones de su más reciente protagónico ni fue de a gratis. Esta chava tiene mucho resentimiento en su alma, coraje y algo de amargura.
La actriz manifestó en un programa de YouTube el porqué de su comportamiento. Échense este trompo al’ uña.
Cubana de origen, Livia llegó a nuestro país como tantos más con sed de triunfar. Ella ingresó al CEA de Televisa para capacitarse como actriz, sin embargo no contaba con que alguien le haría ver su suerte.
Fue su desgracia echarse de enemiga a una jefa de piso, pues nunca le compró las chácharas que ella vendía. La razón: No tenía dinero. Apenas le alcanzaba para vivir. La actriz recuerda que en su primer telenovela solo tenía una escena en todo el rodaje de un episodio.
Llegó a las 7:00 am un día y le se le dio de comer hasta las 9 pm. ¿Así o más desalmada? La protagonista de LA PILOTO pagó derecho de piso. Durante las grabaciones permanecía horas sin comer, y no solo eso, se tuvo que aplicar on el apuntador, puesto que no podía memorizar sus líneas. Lo que fue el acabose, fue el hecho de no llorar en unas dinámicas que le pedían en la escuela de interpretación, y terminaba llorando en su casa, pero de frustración y coraje.
Sin faltar los improperios propios dedicados a los recién llegados como; OTRA EXTRANJERA QUE VIENE A QUITARNOS EL PAN, COMO SI NO HUBIERA SUFICIENTES CUBANOS, PORQUE NO TE LARGAS A MIAMI y pestes similares.
Este tipo de situaciones templaron el carácter de la actriz, jurando que nunca jamás volvería a ser humillada, devolviendo golpe por golpe los escarnios de los que fue objeto. Desde entonces a la fecha, no busca quien se la hace, sino quien se la paga. La lección fue provechosa. Aprendió a dar el golpe antes de recibirlo.
Juego que tiene desquite, ni quien se pique. Muchos tildan el comportamiento de Livia como revanchista, pero ella simplemente se está defendiendo, aunque termine mal parada.
A cada nuevo embate, ella sabrá cómo responder, tomando conciencia de las posibles consecuencias. Ahora nos explicamos el porqué de esos aires de condesa. El que la hayan boca bajeado y escarnecido, no le da derecho de desquitarse con el primero que se le pare en frente. No cabe duda que la burra no era arisca, la hicieron a punta de palos.