QUEMAR LA PÓLVORA EN INFIERNITOS
POR: Roberto Montoya Martínez
Televisa no la está pasando nada bien. Aunque en apariencia gozan de gran audiencia, económicamente están por la calle de la amargura. Con todo y eso siguen gastando el poco presupuesto que tienen en producciones que no abona nada a la televisora por lo poco atractivo de su contenido. Siguen empeñados en meterle dinero bueno al malo con la esperanza de recuperar algo, sin caer en cuenta que las novelas repetidas y programas hechos con tres pesos les generan más ganancias que las producciones que actualmente están en pantalla. Échense este trompo al’ uña.
Durante el último trimestre Televisa registró 761 millones de pesos, cayendo un 77.3 % de sus ganancias en comparación con el año pasado. En contraste, sus ventas aumentaron el 9.1% anual, con 23,943 millones de pesos. A pesar de lo antes mencionado, siguen empeñados en realizar producciones faraónicas y sostener exclusividades per se insostenibles.
Según los últimos sondeos, CONTIGO SI y SOS ME ESTOY ENAMORANDO muestran un resultado decepcionante, contrario a LA DESALMADA, que está arrasando en el horario nocturno.
El remake de VIVIANA no está teniendo la aceptación debida. Como que a Fernanda Robles Gil le quedó grande el papel que encarnó Lucía Méndez. De SOS ME ESTOY ENAMORANDO mejor ni hablamos, huelgan comentarios. Erróneamente, la televisora de san Ángel le apuesta a revivir éxitos viejos, valiéndose de la ignorancia del público joven. Señores de cuello blanco, les tengo noticias, existe YouTube, ahí la plebada se da cuenta de cuál es la versión original y cual esa la copia. Ya no los van a hacer majes como pretendían hacerlo. El desdén hacia las historias antes mencionadas no es porque AMOR EN CUSTODIA esté arrasando, es que Imagen y los demás canales tienen programación más atractiva y menos choteada.
Entre novelas turcas, talk shows y películas viejas le están pegando una buena arrastrada. COMO DICE EL DICHO y LA RONCHA DE GUADALUPE no pierden su público cautivo, de tal. Suerte que no están siendo afectados gracias a sus televidentes orgánicos. La empresa se resiste a innovar por tal de retener a sus audiencias, sin ponerse a pensar que ya dieron el cambiazo, y le entra más con fe a las series de Netflix y Amazon que a sus infames telenovelas. Sin temor a equivocarme, EL JUEGO DEL CALAMAR tiene más rating que los culebrones ya citados.
Televisa vuelve a quemar la pólvora en infiernitos. Como buenos capitanes se están hundiendo con todo y barco, y todo por su testarudez. Mientras no se decidan a actualizar su propuesta melodramática y salir de su zona de confort, Imagen, Azteca, y hasta Netflix les seguirán comiendo el mandado.
El público joven tiene capacidad de compra, pero no va a invertir ni su tiempo ni su dinero en el remake de una novela del año de la canica. Y muy en ello, su canal principal celebra siete décadas. ¿De qué? Si en los últimos años han acumulado un montonón de fracasos. Se empecinan en mantener una actitud de total soberbia, y se olvidan de su principal activo, que es el público.
Aunado a la crisis económica que venía arrastrando de atrás tiempo, la pandemia por Covid 19 les dio el tiro de gracia, reduciendo sus ingresos. Mientras sigan en esa espiral de revivir éxitos viejos para una generación que ni en el mundo los hace se van a ir derechito a la banca, sí, pero a la bancarrota. El haragán y el mezquino siguen el mismo camino., sin más que decir, que con su pan se lo coman.
