La semana termina con otra baja en el medio artístico. Se ha ido otro gran actor, que producto de varias dolencias que le aquejaban y cuyo dolor era insoportable, decidió acabar con su vida, emulando a uno de sus colegas, que sabiéndose sin trabajo, se dispuso a morir, solo que el protagonista de esta historia fue más radical. Un hombre que nos regaló sus interpretaciones en diversas telenovelas, decidió emprender literalmente el vuelo, estampándose en el piso. Recordemos juntos con la fuerza del corazón, lo hecho por el primer actor Xavier Marc.
Xavier Rivera Marc, nació en Guadalajara, Jalisco, el 16 de enero de 1948. Fue un primer actor, director y docente mexicano.
Sus padres fueron Jesús Rivera y María Marc. Sus hermanos son Guadalupe, Sara, Eloísa, Blanca Esthela, José, Rodolfo, José Luis, Jorge y Hugo.
Estudió actuación en la Escuela de Artes Teatrales del Instituto Nacional de Bellas Artes, en el Estudio de Dimitrio Sarrás, en la Academia de Uta Hagen y Bergboff en Nueva York.
Las producciones más destacadas de su trayectoria son: Amor sin maquillaje, Barrera de amor, Barata de primavera, María Belén, El alma no tiene color y El niño que vino del mar. Estuvo casado con Claudia Obregón, con quien tuvo un hijo llamado Julio César.
Falleció en Ciudad de México el 19 de febrero de 2022 a los 74 años de edad, tras un aparente suicidio al caer desde un edificio.
El último trabajo de este histrión fue la telenovela LA MEXICANA Y EL GÜERO. Este actor decidió poner fin a su sufrimiento. Lo malo es que su carta póstuma está en manos de las autoridades a fin de esclarecer las causas de su muerte.
A manera de mala broma, Xavier Marc dijo en su carta póstuma, todos vamos pa’ llá. Antes de partir pidió perdón por su acelerada y brusca decisión, pues la vida dejó de tener sentido a raíz de los males que padecía, los cuales empeoraron tras sufrir el actor una caída, dañándose una vértebra. Su salud quebrantada no le permitió seguir trabajando. No cuestionemos su decisión. Si así decidió poner fin a sus días, él tuvo sus motivos. Para unos será un cobarde, para otros, un valiente. Quien tiene el costal conoce su contenido. Recordemos de él en sus actuaciones perpetuadas en cintas de video tape. Que el altísimo le brinde paz. Buen viaje señorón.