Esta vez no voy a divertirlos con mis locuaces comentarios. En esta ocasión nos vamos a poner serios, muy serios.
Una reconocida psicóloga destapó la cloaca de lo que ha ocurrido en su vida. Una pesadilla de la que apenas logró despertar. 20 años tuvo que contenerse por pensar en el que dirán hasta decir ¡Basta! ¡Esto ya no da más! Y enunció su verdad, sin importarle nada ni nadie. Ella no quiere quedar bien con nadie, sino consigo misma. Conozcamos su historia.
La Doctora Tania “N” es una profesional de la salud mental de sobrado prestigio. Nadie se imaginó que detrás de su sonrisa, se ocultaba una mueca.
El pasado 3 de junio expuso en sus redes sociales la experiencia más escalofriante de su vida. Con estas palabras describió el pasaje más horrendo de ese drama que ya tuvo un final.
“Fui abusada sexualmente por un tío político a mis 11 años de edad, me quedé callada por 20 años, tuve que hacerlo. Protegí a los adultos que estaban a mi cargo porque ellos no podían sostenerse.
Maduré más rápido, me enfermaba mucho, lloraba, era una niña temerosa. Desde los 18 años voy a terapia psicológica, me he preparado emocionalmente, mentalmente, espiritualmente, sexualmente, físicamente y socialmente para estar aquí”.
A partir de ese momento, comenzó un vía crucis en aras de encontrar justicia. Tras dos décadas de mutismo gritó ¡Socorro! Hasta desgañitarse.
Todos sus amigos y gente del círculo cercano escucharon su llamada de auxilio para cobijarla y darle ánimos. El siguiente paso fue dirigirse a las autoridades para poner una denuncia de hechos, que no estuvo exenta de un sabor agridulce:
“De nuevo me visita la tristeza, ayer inicié un proceso legal contra mi agresor sexual infantil, soy la adulta que pide justicia a mi niña interior.
Hice un escrito donde narro los hechos más importantes de mi historia y la presento a la vice fiscalía del Estado de Sinaloa, me doy cuenta de la ignorancia de mi familia, de todo lo que no vieron, no reconocieron y que aun diciendo lo que me pasó por redes sociales muchas personas que creía cercanas no están aquí, entonces me pongo a pensar y siento que si hubiera hablado a los 11 años sino me hubieran creído me hubiera suicidado, hermosa niña que dijo no, me callo, protejo a mi familia, me protejo a mí para no tener que dar explicaciones.
Puse distancia a las personas más allegadas por mi salud mental y poder llevar este proceso de manera tranquila con todo lo que se presente, sigo con mi vida, trabajando, saliendo, haciéndome cargo de mis compromisos, pero parando si eso necesito.
Me escucho, me amo, estoy para mí. Desde el 28 de abril 2022 explotó la bomba para mí, cuando le confesé el abuso sexual a mi madre, tuve que seguir fingiendo, soportando este dolor frente a miembros de mi familia, sonriendo el Dia de las madres, cuando por dentro lo único que sentía era coraje, injusticia.
Sé que todo eso tenía que pasar, no responsabilizo a mi familia en este momento pues tengo la capacidad de afrontar lo que se me presente, tengo red de apoyo, cuento con terapia psicológica, sin embargo, el dolor que siento que todo sale a la luz y se derrumba esa gran carga pues no es lo que esperaba la reacción de ellas de ellos, pero sé que tuve que callar 20 años para ser yo la que salga adelante”.
A partir de ese momento, tomó como propia la causa de mujeres y hombres que, como ella, sufrieron malos tratos y vejaciones de quien menos esperaban.
Tenía el enemigo en casa, pero su familia no lo supo ver. 20 años de ahogar el llanto terminaron aquí.
El Movimiento Fuerza y Libertad emprenderá una lucha interminable contra quienes aniquilan los sueños, roban la inocencia y maten el porvenir de muchas personas.
Esto no termina aquí, Tania pronto ofrecerá una rueda de prensa donde dirá su verdad, sin tapujos, ni cortapisas. Ese acto tan atroz y asqueroso no se hace, eso no se le hace a nadie. Mucho menos a una niña que ya es toda una mujer.
Cansada de disimular, Tania “N” alzó la voz y dijo: no tengo porque callar ahora. Todavía sigue en proceso de sanación, a pesar de que sigue con su vida. Ella anhela que se haga justicia.
Independientemente de lo que resuelva el juez, la profesionista salió ganando, púes muchos abrazan su causa, poniendo fin a tanta simulación e hipocresía. Ese señor se ha condenado a la deshonra y el descrédito público irremisiblemente. Si en la tierra no hay justicia, que su castigo se lo deje a Dios.