Llama Xóchitl Gálvez a votar con alegría para unir a México


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La candidata opositora confía en lograr “la hazaña” en las elecciones del próximo domingo y hace una inesperada y polémica referencia religiosa en la recta final de la contienda

Xóchitl Gálvez lo dijo todo en menos de 18 minutos. Eso fue lo que duró el discurso de la candidata opositora ante casi 18.000 simpatizantes que atiborraron la Arena Monterrey, en su cierre de campaña.

En las horas finales de la contienda, sin tiempo para más, Gálvez lanzó este miércoles una última plegaria a sus votantes: les pidió creer que el triunfo contra la oficialista Claudia Sheinbaum es posible en las elecciones del próximo domingo.

“En Palacio Nacional están temblando porque saben que los buenos somos más y que ya nos cansamos”, afirmó emocionada la abanderada de la coalición Corazón y Fuerza por México. “Tengan la certeza: Dios está con nosotros, tengan fe. Si Dios está conmigo, ¿quién contra mí?”, aseguró ante el alarido de una marea de seguidores, que rugió pese a que no esperaba la referencia religiosa.

Atrás quedaron las encuestas, los ataques en los debates, las giras interminables y la guerra de spots. Con tres meses de campaña a cuestas, Gálvez se encaramó en el escenario y tomó el micrófono para el último acto masivo de sus recorridos por los 32 Estados del país, con la intención de dejar claro a su rival que dará la batalla hasta el final.

“Monterrey, estamos a unas horas de la gran hazaña”, dijo en el arranque del mitin, entre porras que hicieron retumbar el “¡Xóchitl, Xóchitl!” y “¡Presidenta, presidenta!” en el domo del estadio techado.

“¿Están listos para dar la batalla más importante de sus vidas?”, preguntó antes de que estallara el sí en las tribunas. “Este 2 de junio vamos a abrir las puertas de Palacio Nacional para todos los mexicanos”.

A pesar de que el acto ponía punto final a la campaña, la abanderada de la alianza integrada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se mantuvo en las mismas líneas que siguió desde el inicio de la campaña.

“Morena se va, pero los programas sociales se quedan”, prometió. “No habrá mayor prioridad en mi Gobierno que la seguridad de ustedes”, aseguró.

También se comprometió a dejar atrás las divisiones que marcaron la elección y, desde la perspectiva opositora, la presidencia de Andrés Manuel López Obrador. “Eso es lo más grave. Ningún país dividido sale adelante, por eso vamos a trabajar de la mano todos, como un solo México”, dijo.

México llega a esta elección con tres opciones en la boleta, pero mayoritariamente dividido entre dos mujeres. La coalición gobernante encabezada por Morena y el frente opositor plantearon desde el inicio que esta era una pugna entre dos candidaturas, dos estilos y dos modelos políticos: la disciplinada o la irreverente, la puntera o la retadora, Sheinbaum o Gálvez. Jorge Álvarez Máynez, el tercero en discordia, puso la alternativa de Movimiento Ciudadano (MC) sobre la mesa para quien no quería entrar en ese dilema.


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