Los delitos que registran la mayor cantidad en la estadística criminal son los del fuero común. Este asunto no es tema de actualidad es un hecho que envejece continuamente.
Diciembre 12 de 2024.
La estadística que manejan los gobiernos locales y el sistema nacional de seguridad pública señala que los delitos del fuero común representan en el universo criminal el 98% del total de los que se cometen en el territorio nacional.
Esa cifra constituye un componente de impunidad muy alarmante. Históricamente las autoridades preventivas y las de investigación se han echado la cola al hombro porque no han cumplido con su deber.
Los fiscales son designados por las simpatías del Ejecutivo en turno. La Coordinación Ciudadana de los consejos estatales de seguridad pública han contribuido para que ese tipo de funcionarios se corrompan porque no tienen el perfil para desempeñar el puesto y aun así les regalan los nombramientos.
Por eso, quien esto opina, ha sostenido que en gran medida los resultados en el combate a la inseguridad y a la impunidad es una completa simulación porque no se hace ningún esfuerzo para erradicar esa calamidad social.
Es válido preguntarse qué objeto tiene que los titulares de las áreas de seguridad y procuración de justicia se reúnan diariamente en las instalaciones militares encabezadas por el Ejecutivo Estatal si los hechos criminales no disminuyen en ninguna parte del País.
Lo que ocurre en esas mesas de análisis constituyen una farsa y una flagrante violación a la soberanía de los estados. La asistencia de los gobernadores es obligatoria porque, si no lo hacen, son severamente regañados por la titular del Ejecutivo Federal.
Que bien que se reúnan, porque así promueven las relaciones interinstitucionales y personales porque disminuir la inseguridad sentados frente a una tasa de café y un buen platillo para empezar el día, no está mal, pero es obvio que esas reuniones no impactan para nada en resolver el calambre de la inseguridad e impunidad.
Combatir la inseguridad y la impunidad, es un asunto de las autoridades locales. La Presidenta Sheinbaum Pardo, fue precisa y categórica, los Gobernadores y los Presidentes Municipales deben poner mucho más de su parte para que los programas de prevención y las estrategias de investigación paren a los delincuentes y los manden a prisión. Aprendan a trabajar solos y no bajo la sombra del gobierno federal y la milicia.
Preocúpense por tener instituciones policiales dignas, confiables y fortalecidas, con elementos bien formados y capacitados, pero no solo eso, sino bien pagados y con prestaciones dignas para que se arraigue en cada policía un sentido de pertenencia y defiendan a plenitud su empleo.
La corrupción es posible desterrarla, no es para temerle miedo, atiendan esas recomendaciones de mejoramiento integral al policía. La diferencia en el quehacer policial y los resultados se obtendrán. No los ataquen y los denigren, respétenlos y reconozcan su trabajo.
Falta a la verdad quien afirme que el soldado es y será la solución en el combate a la inseguridad. Las instituciones policiales civiles y entregadas a un compromiso social en condiciones laborales dignas, puede ser el paradigma para que la seguridad ciudadana deje de ser un mito y se convierta en una realidad. La apuesta está en el aire.
La UAS no se toca, la autonomía universitaria se respeta.
