La OCDE eleva al 5,7% el crecimiento de España en 2021 y prevé una recuperación mundial “más rápida de lo esperado”


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El organismo que mejora en 7 decimas la prevención para España, recomienda a los gobiernos mantener los estimulos.


La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha revisado este martes al alza sus proyecciones una vez conocidos los avances en el ritmo de vacunación mundial. Su conclusión es que, de seguir así, la crisis económica será menos severa de lo que estimó inicialmente y la recuperación mundial “más rápida de lo esperado”, si bien insta a los gobiernos a agilizar la vacunación “lo antes posible” para consolidar estas cifras. España, que fue la economía que más cayó en 2020, recuperará parte de lo perdido en 2021 al crecer un 5,7 %, siete décimas más de lo previsto en diciembre, y un 4,8 % en 2022, ocho décimas más.

Las previsiones del organismo se sitúan en línea con las estimadas en febrero por la Comisión Europea, que calcula un crecimiento del PIB del 5,6 % % este año, y con las presentadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que estiman un repunte de la economía del 5,9 %, pero dejan lejos el objetivo del 7 % para este curso dibujado por el Gobierno de Pedro Sánchez.

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De cumplirse las expectativas, la economía española será una de las que más crezca de entre los 37 países miembros de la OCDE, solo superada por Estados Unidos, que repuntará un 6,5 %, y por Francia y Turquía, ambas con un crecimiento del 5,9 %. Y es que después de las caídas generalizadas el pasado año tras la irrupción de la pandemia, todas las economías del llamado ‘club de los países ricos’ experimentarán mejoras, lo que llevará al PIB mundial a avanzar un 5,6 % en 2021 y un 4 % en 2022.

No obstante, a pesar de la mejora de las perspectivas mundiales, la producción y los ingresos de muchos países seguirán estando por debajo de los niveles previos a la pandemia hasta finales de 2022 e, incluso, en 2023. Es el caso de España. De cumplirse las previsiones del organismo con sede en París, la economía española junto a Italia, México, Argentina y Arabia Saudí finalizarán el próximo año con un PIB inferior al de 2019, antes de la expansión de la pandemia, y deberán esperar un año más para recuperar esos niveles.

Europa, a la cola de la recuperación

El organismo ha revisado al alza las previsiones de casi todos sus países miembros tras la mejora de los datos a cierre de año. No obstante, la subida para Europa es muy moderada, de apenas tres décimas respecto a las previsiones de diciembre, ya que el impacto de la tercera ola ha sido más severo y el proceso de vacunación va mucho más lento que en otros países de nuestro entorno. Así, la eurozona repuntará un 3,9 % este año, una cifra lejos de Estados Unidos, que se sitúa a la cabeza entre las economías desarrolladas.

El país norteamericano ha mantenido la economía abierta durante los últimos meses y recibirá próximamente una inyección de estímulos de la Administración Biden por valor de 1,9 billones de dólares, lo que ha llevado a la OCDE a elevar sus previsiones 3,3 puntos hasta el 6,5 %. Mientras que otros países como China o India continúarán creciendo muy por encima de la media mundial, con repuntes del 7,8 % y del 12,6 % para este año, siendo las únicas economías que ya han superado los niveles previos a la pandemia.

La entidad presidida por el mexicano Ángel Gurría es optimista en sus previsiones, considerando que lo peor ya ha pasado, pero alerta de que la evolución del virus es incierta y que siguen existiendo riesgos derivados de posibles mutaciones del virus resistentes a las vacunas actuales, lo que podría derivar en nuevas restricciones específicas a la movilidad y a la actividad. “Dichas restricciones frenarían el ritmo de recuperación de los sectores de servicios más afectados y de las economías dependientes del turismo” como, por ejemplo, la española.

Dichos sectores emplean en su mayoría a mujeres, jóvenes y trabajadores que perciben rentas bajas de forma mucho más intensa que otros de la economía, por lo que son estos colectivos los que presentan un mayor grado de vulnerabilidad, según apunta la OCDE en su informe. De hecho, el organismo advierte de que las condiciones laborales se están recuperando “lentamente” y que, a pesar de las medidas puestas en marcha en materia de empleo, en todas las economías de la OCDE hay casi 10 millones más de personas desempleadas que antes de la crisis, las tasas de inactividad han aumentado y las tasas de empleo han disminuido.

A esto hay que sumar otros riesgos a nivel económico que podrían lastrar la actividad y el empleo durante los próximos meses y que tendrían, a su vez, impacto de forma directa sobre España. Uno de ellos es el alto endeudamiento, que podrían desatar una ola de insolvencia sobre todo en empresas. “Una recuperación lenta o la finalización de los planes de apoyo del gobierno demasiado pronto podría desencadenar nuevos impagos o incumplimientos de la deuda, con presiones adversas sobre los prestamistas por los préstamos morosos y un mayor riesgo de aumento de las quiebras”, apunta el ‘club de los países ricos’, con las empresas jóvenes, las pymes y las de los sectores más afectados por las medidas de contención como las más expuestas.

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Mantener los estímulos fiscales y garantizar la producción de vacunas

Por todo ello y, pese a la mejora en las previsiones, el organismo con sede en París alerta de que cualquier pronóstico está rodeado de mucha incertidumbre y la confianza todavía es frágil. Así, la OCDE insta a los gobiernos a que mantengan sus estímulos fiscales durante todo 2021 y advierte de los peligros de tratar de equilibrar las finanzas públicas antes de tiempo.

Hay que hacer todo lo necesario para aumentar la capacidad de un ritmo más rápido de vacunación

“Las políticas monetarias acomodaticias deben mantenerse en las principales economías avanzadas, tal y como está previsto actualmente, para contribuir a preservar las condiciones de financiación favorables y los bajos tipos de interés a largo plazo”, subraya. Además, mantiene como “prioridad fundamental”, tanto por motivos epidemiológicos como económicos, garantizar la producción y el despliegue de las vacunas lo antes posible para la población adulta. “Hay que hacer todo lo necesario para aumentar la capacidad de un ritmo más rápido de vacunación y garantizar que los suministros se utilicen en su totalidad a medida que estén disponibles”, sentencia.

A su juicio, unas políticas sanitarias eficaces y bien dotadas de recursos para garantizar el despliegue de las vacunas en todo el mundo, así como unas medidas macroeconómicas y estructurales flexibles y de apoyo, son esenciales para reforzar la confianza, superar el impacto del virus y reducir los costes a largo plazo de la pandemia en los niveles de vida.


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