Resulta complicado poder fijar una postura de defensa en favor de quienes han tenido la oportunidad de gobernar y tener acceso a la administración del presupuesto púbico.
JULIO 19 DE 2024
La corrupción ha sido y es una de las debilidades humanas cuando se tiene la oportunidad de administrar el presupuesto público cuyo destino es favorecer los servicios públicos que requiere la sociedad y no para enriquecer los bolsillos de los gobernantes. Parece mentira que se afirme que, en estos tiempos de transparencia y rendición de cuentas en el manejo del gasto público, se resuelva el problema de la corrupción porque todo peso que se gasta se apegarse a la ley o leyes que lo norman y destinarse al cumplimiento de los servicios programados.
El gobierno, en la obra pública que realiza, se obliga a cumplir con un procedimiento forzoso para que los particulares participen y puedan ser favorecidos como los ejecutores de la obra pública. Pero es aquí en donde la simulación juega el papel más importante porque es el filtro para que los familiares, los amigos y los compadres del gobernante enganche los compromisos que favorezcan a esas redes de complicidades.
El gasto público, queda a merced de las habilidades de quien tiene a su cargo observar que se cumplan las formalidades legales para que las revisiones de auditoría no detecten irregularidades que obliguen a formular observaciones en la asignación de la obra pública y el gasto presupuestal respectivo.La corrupción, es un tema de todos los días y tiene presencia en las dependencias gubernamentales de todos los niveles. En Sinaloa, los Gobernadores salen y en la revisión de su cuenta pública por el periodo gobernado, se ha vuelto muy común que el Congreso Local les resuelva el problema aprobándoles sus cuentas públicas. La sociedad lo reprueba, pero aun así se sigue votando por la corrupción.
Muchos casos se solapan, se conocen, pero no se castigan, como ese estadio de futbol en Mazatlán a costos millonarios y con dineros del gobierno, que se hizo para entregarlo en concesión a un particular. Como esas obras hay otras muy costosas y nadie castiga esos hechos. El Congreso y la Auditoría Superior del Estado al servicio del Gobernador.
El gobierno habla de corrupción en la Universidad Autónoma de Sinaloa y que, por ese motivo, se han presentado diversas denuncias en contra de directivos universitarios, mismas que han sido utilizadas con fines políticos y mediáticos perversos aun y cuando en esos procesos penales no se ha demostrado ninguna ilegalidad en contra de los universitarios quienes han sido ofendidos públicamente.
El ratero del dinero público se va con los bolsillos llenos riéndose del pueblo que lo eligió y a disfrutar ese botín en hoteles y Embajadas.
Muy lejos de esos pillos que no se tocan por el gobierno, jamás podrán compararse con el Rector Titular, el Encargado de Rectoría y los Miembros del Comité de Adquisiciones de la UAS, porque ellos si han demostrado solvencia moral y ética a pesar de que el gobierno del estado ha pagado cantidades millonarias a medios de comunicación para sembrar en el imaginario social, lo contrario.
Todo les ha fallado por las miserables intenciones de perjudicar a quienes no se han sometido al poder arbitrario del gobierno al mantenerse firmes en la lucha por la defensa a la dignidad y la autonomía universitaria.
Las sentencias dictadas en diversos juicios de amparo han demostrado su calidad y dignos de formar parte de una comunidad que se mantiene firme como es la universitaria Rosalina.
El gobierno despide olores nauseabundos de la corrupción que los delata, por ello, la persecución política y los procesos penales están reservados como instrumentos de represión para fustigar a los opositores del gobierno.
La corrupción, no está en la UAS, esa salpica en las dependencias del gobierno, se fomenta al interior y corrompe el tejido social, a través de contratos de obra con asignaciones simuladas y listas de proveedores para favorecer compras millonarias de insumos diversos, y muchas operaciones más.
Pregúntenle a la Fiscal lo que ocurre en el semefo y en la agencia del ministerio público de homicidios dolosos, por mencionar algunas. No se engañen, la corrupción está en el gobierno.
La UAS no se toca, la autonomía universitaria se respeta.
¿Usted qué opina?