Los caballos se acercan a la meta, los jinetes se esmeran en ganar. Mucho se juega en esta elección.
Combate a la corrupción. Destierro a la ineficiencia. Selección de operadores de calidad. Poner al Estado a la vanguardia del desarrollo.
Los sinaloenses damos cuenta de los esfuerzos de cada grupo por impresionar al elector, hacen todo para exhibirse como el mejor. Siguen siendo dos los que encabezan la carrera no solo por las encuestas sino por la difusión que los medios de comunicación nos dan a conocer.
Morenos y paseños, contra tricolores y más, discurso no les ha faltado para decirse ganadores. Los primeros comprometen el cambio para mejorar, los otros difícilmente sacudirán el trapeador para desterrar la corrupción y la ineptitud.
Cierres de campaña, sin mucha asistencia que presumir. No porque la gente no quiera asistir, la pandemia se impone y el temor nos invade. Las fotos demuestran la alegría del votante que ganará su candidato.
La guerra de encuestas en eso quedó. Ninguna impondrá a su posible ganador. Empates y triunfos nadie se los llevará. La mejor solución se obtendrá con la votación. Todos debemos votar. Hagamos el esfuerzo de ir a la casilla y decidir por quién votar. No permitas que las minorías nos sigan gobernando. Haz el esfuerzo para votar por un mejor
gobierno. No permitas que el corrupto siga gobernando y te siga maltratando.
El candidato Morena-Pas, no lo ayuda mucho el señor de Palacio Nacional, pero tiene lo suficiente para alcanzar su aspiración. Que hay grupos que lo rodean y que no son de lo mejor, también sabrá como apartarlos para que lo dejen trabajar.
Que lo han cuestionado, bien se sabe por qué. Quien no participa para competir, nadie se ocupará en señalar sus debilidades o bondades. El enemigo, atacará sus debilidades y no reconocerá sus capacidades. Entrar en combate se organizan estrategias y defensas. No permitas que en la lucha te destruya el enemigo.
Es momento de cierre de campañas. Todos quieren lucir lo mejor. Se apasionan, pero ya se siente quién ganará esta elección, no por transas sino porque el elector ya eligió por quien habrá de votar.
Se desbordan pasiones, familias se enfrentan y marcan diferencias. Cada uno tienen a su elegido como candidato ganador. ¿Pero cabe preguntar, es dinero público el gasto de campaña o hubo mezcla de dinero que ingresó sin registrar? En los cuartos de guerra de cada candidato depuran estrategias para que el día de la elección no falte nada y vayan a votar.
Poco tiempo de campaña y mucho ruido en el Estado, cada uno se señaló lo peor que pudo haber tenido pero el elector sabrá que todo ello fue producto del calor de una guerra cuyas armas fue el discurso y el fuego de papel.