La autonomía concedida a la universidad pública es un valor esencial en la educación de calidad que se imparte en apego a sus planes y programas de estudio.
Jueves 27 de julio de 2023
La autonomía les permite crecer en la investigación, en la ciencia y en la cultura. Su vinculación con los sectores sociales y productivos es la fuente que fortalece sus compromisos de unión en el mejoramiento integral en la formación del estudiante y el perfil profesional que se requiere para guiar por los mejores senderos de desarrollo de la comunidad y de las empresas.
Su filosofía educativa está inspirada en las políticas sociales que emanan de la voluntad del constituyente mexicano y que están gravadas como piedra bíblica en el artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y fuente creadora de nuestro sistema educativo nacional.
La autonomía es productora de talentos en la conducción educativa de estas casas de estudio, y por ello, la confianza gubernamental fue depositada desde hace más de un siglo, en la formación profesional de los jóvenes mexicanos y en la eficaz administración de sus recursos.
El Estado mexicano descansa en este tipo de instituciones públicas de educación superior, porque no solo le aporta los recursos financieros y materiales que requiere sino la seguridad de que la enseñanza de los jóvenes será aquella que los guie y los conduzca a contribuir al desarrollo nacional y al mejoramiento integral de la sociedad a la que pertenecen.
La autonomía es el escudo para que la Universidad pública no sea utilizada con fines distintos para los que fue creada y que grupos de poder político partidista traten de aprovecharse de sus capacidades para abanderar causas distintas a las de educar y formar a los profesionales con los más firmes valores de compromiso social.
Por ese motivo, el compromiso del gobierno es la protección y el impulso a la educación y apartarse de todo propósito de control político partidista en la universidad del pueblo. La educación no es botín político.
Llama la atención cuando el Secretario General de Gobierno de Sinaloa dice en la semanera política del Gobernador, “que la autonomía no dota a las instituciones con la facultad de no rendir cuentas o cometer delitos” si esa expresión se hubiese dicho de manera lisa y llana, tendría toda la razón, pero su frase quedó totalmente adulterada porque su finalidad fue denostar a las autoridades de la Universidad Autónoma de Sinaloa en ese pernicioso conflicto iniciado por el gobierno del Estado de Sinaloa contra la UAS.
Omitió decir y afirmar también el señor Secretario General de Gobierno, que la Universidad Autónoma de Sinaloa a la que se refería en su declaración, si es auditada continuamente por la autoridad competente que lo debe llevar a cabo o sea la Auditoría Superior de la Federación y no por las que el gobierno del que forma parte quiere imponer. La mejor información que puede recibir es la del propio Gobernador Rocha Moya de la que tuvo el privilegio de ser Rector.
La UAS no es una institución con facultades para cometer delitos, es una institución que se debe al pueblo de Sinaloa y a su comunidad universitaria. Es la Casa de Estudios que sigue la visión educativa salida del pincel político y visionario de Buelna, y no la institución que quieren destruir desde el gobierno.
La autonomía será el escudo firme que proteja a la Universidad Autónoma de Sinaloa, sus autoridades encabezadas por el Rector Jesús Madueña Molina y una gran comunidad universitaria que lo respalda, serán la fuerza para derrotar esa voz difamante que surge desde el gobierno porque en la UAS está arraigado el compromiso con su comunidad universitaria, con su misión de educar con calidad y con honradez y con la más amplia solidaridad social.
La embestida política lanzada con todo el poder del Estado contra las autoridades universitarias será también vencida porque la razón legal está con ellas y un sólido respaldo social que da confianza y seguridad de lo que significa para el pueblo de Sinaloa, la Universidad Autónoma de Sinaloa.
La UAS no se toca, la autonomía universitaria se respeta.
¿Usted qué opina?
