La seguridad pública es un valor esencial en toda sociedad y un imperativo del estado mexicano preservarla.
Diversas propuestas han sido planteadas para tener en México instituciones policiales debidamente formadas y suficientemente capacitadas. Era necesario contar con escuelas de formación policial y por ello se hicieron esfuerzos para crear las primeras academias de policía.
En 1953 se crea el Instituto de la Policía Federal de Caminos, en la Ciudad de México, y en 1986, cambia su cede a San Luis Potosí en donde seguramente deberán conservar sus instalaciones para la formación de los elementos de la Guardia Nacional.
Las denominaciones han sido sustituidas ya que cuando se creó la Policía Federal Preventiva, se le denominó como Centro de Formación Policial de la Policía Federal Preventiva. Fue en el año 1999 cuando se admitió en la formación policial como cadetes a la mujer. Sinaloa, creo su academia hoy convertida en Universidad.
La importancia de que la mujer haya venido teniendo espacios de oportunidad en áreas que hasta ese año eran consideradas exclusivas de los hombres. La actividad policial requería del personal femenino sobre todo cuando en el mundo los derechos humanos y la igualdad de los derechos de la mujer con los del hombre cobraban vigencia en los gobiernos nacionales.
Las instituciones policiales deben ser incorporadas de manera obligatoria en el ámbito nacional para darle al estado mexicano y a los gobiernos locales la capacidad para recuperar los espacios que la delincuencia ha arrebatado del control gubernamental.
La búsqueda y el intercambio del conocimiento debe ser una constante en la formación policial. En el campo de la seguridad pública los estándares en la formación deben ser uniformes y la capacitación un elemento esencial para la profesionalización que se requiere en las instituciones policiales.
Decisión política ha faltado en los gobiernos federal y locales. La policía debe ser un instrumento de disuasión a las conductas antisociales y al delito. El gobierno se ha resistido de manera sistemática a tener policías con los niveles de formación como los hay en otros países del mundo. Con una visión policial de tipo federalista pero empoderada desde el ámbito local, sería posible avanzar en los niveles de protección de nuestra comunidad.
El rezago por lo que se ve, seguirá prevaleciendo. El gobierno federal con la complacencia de los estados y municipios le han apostado a la Guardia Nacional, cuando se sabe que esa policía será un fracaso total porque no es civil y tampoco está formada para realizar funciones de policía.
La Organización de las Naciones Unidas, ha recomendado a los países como el nuestro, que las instituciones policiales deberían contar como mínimo con 1.8 policías al millar. Un estándar internacional que merecería ser atendido para fortalecer la presencia policial y tener mejores posibilidades de contrarrestar la inseguridad arraigada en México.
El promedio policial que se registra México en nuestros días es de aproximadamente .80 policías por millar. Esta cifra por lo que toca a Culiacán, se la informé cuando era Gobernador Renato Vega Alvarado. En ese tiempo la recomendación internacional por millar de habitantes era de 4 policías. Sigue prevaleciendo la indiferencia gubernamental de mejorar nuestras policías.
La delincuencia seguirá ampliando espacios de control. Desterrar la inseguridad y la impunidad es un compromiso del estado mexicano. Para lograrlo, se requiere de policías aptos y debidamente profesionalizados, con equipo, prestaciones y salarios dignos.
¿Usted qué opina?
