La calidad de garante en el ejercicio policial, teóricamente se obtiene, con la certificación de los elementos de una institución policial.
La Guardia Nacional, ¿cubre el requisito de la certificación policial? Considero que no. No conocemos de manera oficial, datos de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana del Gobierno Federal, que los elementos militares que la conforman tengan el CUP o sea el certificado único policial. Tampoco se conocen los resultados de las evaluaciones de control y confianza.
Militares todos o cuando menos su gran mayoría. Generales, Jefes, Oficiales, tropa y sus equivalentes de la Marina Armada de México, adscritos a la Guardia Nacional, deberían estar evaluados y aptos para el trabajo policial. No basta que se haya reformado la Constitución Federal para que las fuerzas armadas realicen trabajos de seguridad pública si los requisitos para desempeñar la función no han sido cumplidos.
Se cuestiona severamente que en las corporaciones policiales municipales y estatales abunda el resultado de no aptos para ser policías. El reproche militar se funda, según ellos, que la alta reprobación en la aplicación de las evaluaciones de control y confianza es producto de las complicidades con la delincuencia.
Sin embargo, la información que se tiene dice otra cosa. Los reprobados son los diabéticos, hipertensos y obesos. ¿Qué sucede con los malos según ellos? ¿Se les protege o los resultados en su contra se guardan en los archiveros de las dependencias policiales?
Pregunto: ¿cuántas detenciones de policías civiles se han realizado por contribuir en los asuntos de la delincuencia organizada y cuantos soldados han sido sujetos a proceso por los mismos motivos? Sería interesante conocer esos datos o no se dicen porque no es un hecho relevante para la sociedad. Lo que, si debe interesar, es que el soldado en funciones de policía no está certificado. Carece del Certificado Único Policial (CUP) y es el documento que acredita la aptitud para ingresar o permanecer en las Instituciones de Seguridad Pública y que cuentan con los conocimientos, el perfil, las habilidades y las aptitudes necesarias para el desempeño de su cargo. ¿En la Guardia Nacional es ocioso cumplir con la legalidad?
Es seguro que no fueron evaluados para ser policías y tampoco demuestran que realizaron el curso obligatorio de formación policial. Hemos sostenido que la equivalencia alegada entre la formación del soldado y el policía no son afines. Hay diferencias muy notorias en cada una y en sus fines. Tienen la bendición presidencial, y que importa no cumplir con esos requisitos. Los malos, a juicio de los mandos militares, siempre serán los policías civiles.
Se encumbra el poder militar, y se usa la fuerza del poder mediático del gobierno para seguir denostando la muy diezmada fuerza civil policial. Sin embargo, es detenido por un gobierno extranjero un Secretario de la Defensa presumiblemente por realizar actividades ilícitas e implicaciones con miembros de la delincuencia organizada. El gobierno federal mexicano interviene. Se libera y se obtiene la repatriación y en suelo nacional lo declaran sin culpa sin ser investigado. Desaparecieron la policía federal calificándola de corrupta y se crea la Guardia Nacional. Con la detención mencionada, al ponerse en duda la honorabilidad de toda la institución militar, ¿debió aplicarse el mismo remedio?
¿vendrán tiempos mejores para la policía civil? ¿Se luchará desde el Congreso Federal para restituir en los hechos, el carácter civil de las instituciones policiales? El pasado proceso electoral sentó las bases políticas apropiadas para posibilitar un trabajo legislativo que suprima las aberraciones cometidas al mandar a la calle al soldado, sin ser policía, a combatir la inseguridad. ¿Regresará a los cuarteles?
Las complicidades se tejen en la arena política. La delincuencia organizada acuerda con el poder que la proteja. Pagar cantidades exorbitantes, no le resulta difícil. No se detiene ante el color de ningún uniforme, así tenga águilas, barras y estrellas. Cumplir y hacer cumplir la constitución y la ley es la premisa para un cambio duradero y eficaz. Es tiempo todavía.
¿Usted qué opina?