Inauguran en el Vaticano árbol y pesebre de Navidad.


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El tradicional árbol de Navidad de la plaza de San Pedro, un abeto rojo, y un pesebre gigante de cerámica 


fueron inaugurados e iluminados este viernes como un mensaje de “esperanza” en medio de la pandemia por el nuevo coronavirus (COVID-19).

El Papa Francisco dijo que “hoy más que nunca el árbol y el pesebre son un signo de esperanza”, esto, unas horas antes de recibir en el Vaticano a las delegaciones que obsequiaron el árbol de Navidad y el pesebre.

El pontífice elogió “el majestuoso abeto rojo”, proveniente de los bosques de Kočevje, en Eslovenia, así como el “monumental pesebre de cerámica”, hecho por artesanos en Italia.

“También esta Navidad, en medio del sufrimiento de la pandemia, Jesús, pequeño e inerme, es el ‘signo’ que Dios dona al mundo

Estos emblemas ayudan a crear una atmósfera navideña favorable para vivir con fe el misterio del nacimiento del Redentor, dijo el Papa, quien tuvo que adelantar en dos horas la misa de Navidad del 24 de diciembre por el toque de queda en vigor en Italia por el coronavirus; recordó que esa fiesta “nos recuerda que Jesús es nuestra paz, nuestra alegría, nuestra fuerza, nuestro consuelo”.

El pesebre, también conocido como belén o nacimiento, estará compuesto por estatuas de cerámica de tamaño mayor al natural que serán colocadas sobre una plataforma luminosa de casi 125 metros cuadrados que rodeará el obelisco central de la Plaza de San Pedro.

Las decoraciones navideñas -árbol y pesebre- serán visibles en la Plaza de San Pedro a partir del 11 de diciembre hasta el 10 de enero de 2021, día en que concluye el tiempo de Navidad con la fiesta del Bautismo del Señor.

Según informó la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el tradicional espacio dedicado a la Navidad en la Plaza de San Pedro “pretende ser un signo de esperanza y confianza para todo el mundo” y quiere “expresar la certeza de que Jesús viene entre su pueblo para salvarlos y consolarlos. Un mensaje importante en este tiempo difícil debido a la emergencia sanitaria por el COVID-19”.

En 2018, el Papa Francisco deseó que “el pesebre y el árbol, símbolos fascinantes de la Navidad, puedan llevar en las familias y en los lugares de reunión un reflejo de la luz y de la ternura de Dios, para ayudar a todos a vivir la fiesta del nacimiento de Jesús”.

Sobre el árbol de Navidad con sus luces, el Santo Padre explicó entonces que “nos recuerda que Jesús es la luz del mundo, es la luz del alma que aleja las oscuridades de las enemistades y hace espacio al perdón”.

 


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