Un hecho que agravia al gremio de comunicadores sinaloenses por el homicidio de Luis Enrique Ramírez, pone en duda la capacidad de respuesta de las autoridades investigadoras del delito.
Lunes 23 de enero de 2023.
Un hecho que conmocionó a la sociedad de Sinaloa al conocerse ese atroz crimen, no tuvo una pronta respuesta en las investigaciones iniciales, por el contrario, se dieron una serie de informaciones que provocaron la confusión social.
Hubo intromisión informativa por autoridades que no debieron dar ninguna opinión porque era un hecho que estaba en manos de la Fiscalía Estatal.
Todos opinaban en tanto que la autoridad competente para hacerlo permaneció en silencio.
Se dijo desde un principio que se había detenido a dos personas presuntamente involucradas con el homicidio, pero nunca aparecieron.
Después se dijo que las investigaciones del crimen estaban muy avanzadas y que en cualquier momento habría detenidos.
Después modifican el discurso y se dice que de las investigaciones se desprendía que el homicidio no estaba relacionado con su trabajo sino por otras causas. Empezaba a deformarse la dirección de las cosas.
No tenía por qué darse a conocer si el hecho estaba o no relacionado con la labor periodística de la víctima. Se revictimizaba tontamente.
Por respeto a la víctima, a la familia y al gremio periodístico, debió manejarse la información con la prudencia que cada hecho merece, la autoridad no tiene porque divulgar aspectos particulares de los hechos que se investigan.
Su misión es la de esclarecer el crimen, castigar al culpable y de ser posible los motivos que lo ocasionaron.
Los tiempos corren y el homicidio sigue impune. Se desvió mucho tiempo la atención de que la solución estaba cerca, que la investigación seguía los pasos de los culpables y que muy pronto habría detenidos.
Llegó el momento en que se dijo que los resultados de la investigación daban frutos y que con relación al homicidio se detuvo a una persona.
Una mujer la detenida presuntamente la pareja sentimental del de quien se dijo era el autor directo del homicidio, pero que decepción la tuvieron que dejar en libertad porque un juez le concedió un amparo por irregularidades encontradas en la detención.
Pero la investigación realizada sigue perdiendo fuerza y credibilidad social, a la involucrada en los hechos se le absuelve en definitiva de que tenga vínculos con los motivos por los que se le instruyó proceso.
Hay demasiada decepción en hechos criminales que no solo involucran como en este caso a un periodista, hay muchos otros casos que no alcanzan a ser resueltos y que la estadística delictiva permanece sin castigo a los culpables.
Las justificaciones deben evitarse, mejor sería reconocer que la investigación de este crimen y de muchos otros no han sido tratados con la seriedad y el profesionalismo que se requiere.
La Fiscal debe exigir a sus subordinados que organicen bien las carpetas de investigación y que los datos de prueba sean los suficientes para sostener no solo un auto de vinculación a proceso, que parece que es a lo que le apuestan, sino una sentencia condenatoria. La práctica de los juicios abreviados desnaturaliza la función del Ministerio Público.
La sociedad está en espera que un crimen más contra periodistas no se deje en la carpeta del olvido, quiere solución al caso, no más impunidad contra profesionales de la comunicación. El periodismo, continua de luto.
¿Usted qué opina?