HÉCTOR MELESIO CUÉN OJEDA. CAYÓ COMO EL LIDER QUE FUE


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Noticia que impactó de inmediato local y nacionalmente. Asesinan a Héctor Melesio Cuén Ojeda ¿Un crimen anunciado?

Hombre de sobrada memoria y liderazgo natural. Fue prodigiosa su forma de emplear su tiempo. No había descanso en su imaginación, su dinamismo le permitió crear y desarrollar proyectos, como empresario, como político, y se empeñó en buscar la rectoría de la Universidad Autónoma de Sinaloa, la alcanzó y también la transformó.

Cumplió con un proyecto de reorganización y superación académica en la Casa de Estudios Rosalina. Reorganizó la administración y la universidad de los sinaloenses cobró respeto y la aceptación social. La UAS de los setentas quedaba atrás y eso molestó a otros grupos que ahora están en el poder y que no merecieron el reconocimiento de la gran mayoría de los rosalinos de hoy.

Fundó la asociación civil Cuenta Conmigo que después la convirtió en un partido político. El Partido Sinaloense. Una organización que tenía y tiene como objetivo promover en las juventudes sinaloenses la práctica de la política como una forma de promover el desarrollo de Sinaloa y de las condiciones de bienestar en los sinaloenses.

El terreno político históricamente ha sido uno de los mayores retos para posicionarse en las estructuras del poder. Los intereses y obstáculos a los que hay que enfrentar son bastantes y eso impide que las organizaciones políticas pequeñas o locales difícilmente avancen.

Héctor Melesio Cuén Ojeda tuvo esa visión y la inteligencia sobrada para identificarse y relacionarse con los partidos políticos nacionales al grado de que el Partido Sinaloense fuera visto como una posibilidad en las contiendas políticas por el número de votos que aportaría en una contienda electoral.

No era una opción rechazable para los partidos políticas nacionales, en los poco más de diez años de existencia de dicho partido, ha participado en diversos procesos electorales en los que el Partido Sinaloense ha llevado a su militancia a presidencias municipales, al congreso local, a regidurías, sindicaturas de procuración y sindicaturas municipales. Toda una realidad para un partido político nuevo y con arraigo sinaloense.

Un hombre que no descuidaba detalles. Era suave en el trato, pero firme en las decisiones. Sus amigos y las personas de su confianza siempre lo reconocieron por su liderazgo y el tesón que le imprimía a cada uno de sus proyectos. Como el plan Buelna de Desarrollo Institucional que le impuso en definitiva el cambio y ordenó el rumbo en la educación de calidad académica que se imparte en la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Luchó sin descanso. Para Cuén Ojeda, el día no tenía topes horarios todas las horas las aprovechaba para cumplir con sus deberes familiares y también con los de sus empresas y los políticos. No había descanso y las fuerzas a veces amainaban, pero no se rendía.
Las contingencias en la política son naturales Cuén Ojeda sabía reconocer que no siempre se habría de ganar. Sus proyectos jamás los echaba al cesto de la basura, por el contrario, los revisaba y los perfeccionaba. Así era nuestro amigo Héctor Melesio Cuén Ojeda.

Hombre de buen tato, sabía ser amigo y su forma de trabajar también molestó a algunos y eso fue lo que ocurrió cuando fue designado Secretario de Salud en el gobierno de Sinaloa causó enojos por su forma de trabajar y lo empezaron a intrigar. No duró mucho en esa responsabilidad, pero dejó muchas muestras de que sabía cómo organizar y combatir la mediocridad en la burocracia estatal.

Muere asesinado ¿Quién o quiénes son los responsables? Difícilmente ese atroz crimen será resuelto en la fiscalía estatal. Tampoco será deseo del Gobernador y del Secretario General de Gobierno que ese crimen se esclarezca. Había en ellos un odio en contra de Cuén Ojeda que no lo podían ocultar.

Toda expresión de condolencias por la muerte del líder, del amigo, del político, del universitario, del padre de familia de parte del gobierno, serán inmorales y miserables porque los hilos conductores de quienes materializaron la agresión y el homicidio pueden tener conexión en quienes ejercen el poder político estatal.

Es un asunto de implicaciones graves que debe ser atraído por la Fiscalía General de la República. Era un Diputado Federal electo, que no convenía que llegara al Congreso Federal porque sabían los retos que imponía de tener una tribuna nacional para delatar los atropellos y los abusos del poder político que se cometen en Sinaloa. Solo así lo pudieron callar, asesinándolo como suelen hacerlo los cobardes. Todos como uno solo: Justicia y castigo a los criminales.

AMIGO: UN ABRAZO HASTA EL CIELO. Descansa en paz.

La UAS no se toca, la autonomía universitaria se respeta.

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