Lo cierto es que hay guerra de encuestas y eso confunde al votante. Da intranquilidad al adversario. Anima o desanima
Miércoles 19 de mayo 2021.
Las estadísticas que se difunden por los diferentes medios para dar a conocer o medir las posibilidades de éxito de un candidato a la gubernatura es probable que no esté basada en una metodología científica o quizá esté sustentada en censos de ciudadanos a través de entrevistas realizadas de manera personalizada o utilizando instrumentos de la
tecnología para que los habitantes de las diferentes zonas o regiones del Estado de Sinaloa manifiesten sus simpatías hacia algún candidato.
Lo cierto es que hay guerra de encuestas y eso confunde al votante. Da intranquilidad al adversario. Anima o desanima. Es creadora de discusiones y confrontaciones. Pero se ha dicho que la mejor encuesta la tendremos el próximo seis de junio con el recuento de los votos y se defina al ganador.
El candidato pierde tiempo en promover sus propuestas, parece que le preocupa más como anda en las encuestas. Es cierto, es bueno conocer el nivel de preferencias, pero sin caer en actitudes triunfalistas. La arrogancia, en ningún momento, es buena consejera.
Las estadísticas confunden al votante, aunque no al candidato. Pero qué vergüenza lo que ocurre, candidatos que declinan en medio de la cruzada. ¿Su proyecto se deshace o quizá, solo fue simulación?
Debemos cuestionarnos, como sociedad responsable, que la democracia es muy cara para que los recursos financieros que se destinan a partidos políticos y a la elección se dilapiden sin justificación. Mucho tiempo se tuvo para realizar alianzas y participar en esta elección o en su caso, pronunciarse desde los inicios de acompañar a otro partido a una elección común.
Declinar cualquier candidato casi al final de la contienda, es irrespetuoso para el militante partidista y una ofensa al partido político que lo eligió. ¿Surgen voces por doquier y mirando a los demás candidatos, les preguntan, en favor de quien declinarán?
Son hechos que deberán servir para que la autoridad electoral implante nuevas regla para evitar esa simulación en una elección. Los costos son bastantes, la sociedad reprocha y grita que poco serios los que no han sabido demostrar su lucha con lealtad a sus ideales y a los principios del partido que los llevó a competir
Sanciones deberán aplicase, para el candidato y al partido porque no supieron defender con coraje sus ideales y pisotear la protesta de participar y cumplir. ¿Lo gastado tiene justificación legal? El financiamiento fue para el partido y sus candidatos, y su aplicación para toda la elección. ¿Habrá reclamos de devolución y castigo por el abandono a la elección?
¿Así es la democracia que pregonamos, o es democracia a la mexicana? Por ello, nos impone retomar con fuerza, lo dicho en otras veces, que inconveniente resulta tener demasiados partidos políticos y excesivos financiamientos.
¿Son pactos no escritos que soslayan la decencia en una elección? ¿Ciudadano tú tienes la mejor opinión, será horadamente ético observar lo que sucede en nuestro entorno político en esta elección? ¿Es justificado declinar?