Al parecer los titulares de las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, han enfriado sus relaciones institucionales derivadas del operativo para la captura de Ovidio Guzmán.
Lunes 9 de enero de 2023.
Toda una estrategia de inteligencia realizada por la Secretaría de Marina en coordinación al parecer, de autoridades norteamericanas para llegar hasta el refugio del conocido narcotraficante identificado como cabeza visible del grupo “Los Chapitos”.
La naturaleza y condiciones del operativo imponía cuidar la ultradenominada información secreta. Nadie tuvo conocimiento del despliegue llevado a cabo con todo el sigilo para no fallar en el objetivo. El éxito quedó asegurado.
Sin embargo, los errores cometidos en el pasado como el tristemente recordado operativo fallido en el primer culiacanazo de octubre del 2019, volvieron a repetirse, algo no se hizo bien, ya que se descuidó otra vez la peligrosa reacción de los secuaces del grupo “Los Chapitos”. El terror invadió nuevamente a la población y sufrió el secuestro en sus propias casas.
El gobierno se vio nuevamente minimizado por la barbarie criminal desatada por los que han sido solapados por años con aberrante impunidad. La detención de uno de los cabecillas del grupo criminal se convirtió en un nuevo reto para las autoridades militares que se vieron una vez más rebasadas por la muchedumbre de criminales que secuestraron por muchas horas la seguridad de los sinaloenses. Las autoridades sin saber que hacer, recomendaron que la población se quedara en sus casas porque no garantizaban su seguridad.
Los mandos políticos de Sinaloa no fueron informados del operativo y tampoco de las posibles consecuencias que pudieran ocurrir con la detención de tan conocido personaje criminal. Ese error, fue demasiado costoso para muchas familias y empresarios al ser. despojados de sus vehículos e incendiados. El terror social se vivió con intensidad, ante una autoridad desarticulada e incapaz para proporcionar la protección deseada.
Sinaloa despertó con el ruido de la metralla y las explosiones de la multitud de vehículos que fueron incendiados en la zona urbana y en las carreteras en todo el Estado. Las autoridades mostraron su incapacidad para detener esa ola criminal con la inmediatez exigida.
La mancha de esos los disturbios terroristas, hizo crisis frente a la impunidad que avergüenza y que nos exhibe por todas partes. Esos errores cometidos seguro que molestó a los mandos militares de la SEDEMAR, el despliegue táctico no obedeció el protocolo diseñado para cubrir todo tipo de reacciones del grupo criminal, la experiencia vivida en octubre del 2019 no debería repetirse. Volvió a fallar. Un motivo más que fundado para causar ese enojo militar.
Muchos muertos en la refriega. Es el costo de la complicidad. Militares de alto rango, soldados y policías caídos en un hecho que debe ser analizado con mucha seriedad para que se informe que fue lo que ocurrió. Una detención no puede exhibir esa incapacidad gubernamental.
Pero no fueron solo uniformados los afectados, también se habla de un número indeterminado de gatilleros muertos relacionados con el mismo operativo. Los excesos de haberse cometido, deben ser sancionados por las autoridades. Quizá sea otro el motivo del malestar militar.
Las dudas surgen de lo que se vio en la llamada rueda de prensa, que no lo fue, sino la información proporcionada por los titulares de lo que aún queda de la llamada secretaria de seguridad y protección ciudadana federal y del Secretario de la Defensa Nacional, con la presencia del Secretario de Marina, en la información proporcionada el Secretario de Defensa asumió la responsabilidad del operativo y de la detención de Ovidio Guzmán, sin que la Marina tuviera ninguna mención en los hechos, cuando al parecer toda la logística en el trabajo de inteligencia y en la estrategia operativa diseñada para la captura de Ovidio Guzmán fue de la SEDEMAR y no de SEDENA. Ese malestar se le expuso al Presidente ¿tendrá consecuencias?
¿Usted qué opina?