Abandonar su lugar de origen donde construyeron precariamente sus viviendas y sus formas de vivir, es terrible tener que aceptarlo por el temor a su seguridad personal.
Viernes 30 de diciembre de 2022.
Muchos años han pasado en el que el gobierno se ha comprometido a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la sierra sinaloense, pero solo ha quedado en eso, promesas.
Abandonar tierras, su poco ganado y vivienda es penoso por el riesgo de permanecer en un lugar en el que los maleantes imponen su ley.
No encuentro razones que justifiquen la imposibilidad del gobierno para llevar créditos para que las familias que habitan en la sierra tengan fuentes dignas de desarrollo productivo y social y que el bienestar sea una realidad.
La siembra y producción de estupefacientes ha sido la constante en la formación cultural de los habitantes de la sierra, esa forma de vida es lo que han aprendido y es el sistema aceptado por ellos.
La pasividad gubernamental en voltear hacia los altos para llevar los beneficios que se requieren, parece que no es la prioridad oficial.
Muchas veces hemos escuchado en el discurso político de los que ambicionan el voto, que gestionarán llegando al poder, los apoyos necesarios para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la sierra. Todavía están en espera de que lleven esos ofrecimientos y que sus condiciones de bienestar se resuelvan.
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Mientras el gobierno se decide a llegar a esos lugares apartados de las grandes ciudades, los servicios mínimos como agua potable y salud todavía son insuficientes, pero el problema mayor es el de la inseguridad.
Desde el Gobernador Calderon, no se han realizado acciones del gobierno para que las familias serranas mejoren sus formas de vivir.
Los gavilleros pagados por los señores de la droga encargados para obligar a la siembra y producción de estupefacientes y ahora también para que se enrolen en la producción de drogas sintéticas. Toda negativa se paga con la vida.
Las condiciones las imponen esos grupos, el temor se anida en las familias y ante el dolor de perder a sus seres queridos, huyen de sus lugares de residencia abandonado todo en defensa de su seguridad.
El compromiso político del gobierno debe ser igual para las familias de los altos de Sinaloa, que los servicios sean de la misma calidad y oportunidad que los que se prestan en las grandes poblaciones urbanas.
El Gobernador Rocha Moya ha instrumentado un programa de apoyos para las familias que habitan en la sierra para dignificar sus condiciones de bienestar, pero también lo ideal sería regresar a las familias desplazadas de la sierra y restituirles lo que perdieron.
Seguridad y servicios es un imperativo que debe ser resuelto para que en los altos de Sinaloa se respire también ese ambiente seguro que permita producir bienes y servicios para el desarrollo digo de las familias de la serranía estatal.
Que el poder del Estado se encargue de desterrar a los gavilleros que por muchos años han impuesto como su sistema, el terror y el delito. Ya basta, castigo sin excepción para ellos.
Usted que opina?
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