EL QUE ENTRA GANANDO. SALE RESPINGANDO
Por: Roberto Montoya Martínez
Ahora sí se vendió el pulque, ya llegaron las medidas. Una conductora que se creyó de la
suerte consentida, y ahora está a salto de mata, puesto que el largo brazo de la ley, que
no se hará corto, va en su busca. La otrora reina de los talk shows está recibiendo el justo
castigo no solo por humillar a la gente humilde por medio de sus programas de TV, sino
que también evadió al fisco. Igual que Al Capone, se va al tanque por no ponerse guapa
con Lolita. Pongan ojo al parche.
Laura Bozzo, quien presumía de tener amigos en la corte, ahora tiene al santo de espaldas,
pues no le dio ni las gracias a la Secretaría de Hacienda por concepto de contribuciones
fiscales. En otras épocas, podía darse el lujo de evadir impuestos, cosa que la cuarta
transformación no está dispuesta a permitir.
La residencia que tenía en la CDMX, estaba
como garantía para pagar sus contribuciones, la vendió de adrede para pelarse como
Baltazar. Más de uno se cuelga el milagrito de haberle puesto el dedo con Santiago Nieto.
Entre ellos el actor y conductor Alfredo Adame, quien tiene un viejo pleito con la llamada
abogada del pueblo. No solo el actor quiere ajustar cuentas con la conductora de TV,
Gabriel Soto e Irina Baeva también desean que pague por sus perversidades, pero su
castigo se lo deja a dios, y por supuesto, a las autoridades. Ya no está la gente que la
protegía y que le permitía actuar con total impunidad. Sé que es muy feo hacer leña del
árbol caído, pro esta señora dista de ser una santa. Más de un agraviado por esta culta
dama celebra que le vaya mal, al grado que desean de todo corazón, que acabe sus días
tras las rejas.
El que entra ganando, sale respingando. A la señorita Laura le tocó la de perder. Antes
repartía carritos sandwicheros para que ciertos panelistas emprendieran un negocio.
Ahora tendrá que usar uno ella para pasar de incógnito, pues si la reconocen, le echarán el
guante y derechito pa’l fresco bote. Por tal de verla presa, Alfredo Adame ofrece
recompensa por el soplo. Cosechas lo que sembraste Laura de América. ¡Qué pase la
desgraciada!