Un gran número de trabajadores al servicio del estado y municipios de la entidad, tienen un tratamiento diferenciado en sus derechos laborales. No han sido considerados para las basificaciones en sus plazas y siguen en lista de espera para dar certeza a su permanencia laboral.
Viernes 17 de septiembre de 2021.
Los sindicatos al servicio del estado y municipios revisan anualmente sus condiciones colectivas de trabajo y los beneficios que se obtienen no repercuten en favor de los trabajadores que no forman parte de dichas organizaciones sindicales.
Quizá los compromisos políticos con los señores que gobiernan en el estado y municipios han sido y son la causa de que no se haya dado la regularización de una plantilla de trabajadores que son necesarios en las funciones administrativas del sector público al que pertenecen.
Las antigüedades laborales que registran a su favor deben ser tomadas en cuenta para dar certidumbre a cada uno en las plazas que tienen conforme al presupuesto oficial. El gobierno les da la denominación que quiere a las plazas que ocupan, solo con el fin de negarles un derecho que legalmente les corresponde.
No hay explicación legal para que los sindicatos no incorporen a sus gremios a esos trabajadores. Estatutariamente, son trabajos que deben ser reconocidos como naturales del sindicato. No son funciones de confianza y por ello deberán incorporarse al gremio sindical que corresponda.
La queja por la desatención que sufren esos trabajadores se ha vuelto crónica. Ni el gobierno ni los sindicatos los escuchan. Quieren solicitar el ingreso al gremio sindical y los rechazan. Motivos legales no los hay, quizá motivos políticos y compromisos de grupo sean la causa de que se ignoren esos derechos que se demandan.
La discriminación está sancionada, la aplicación del derecho debe ser igual para todos. La perseverancia de los que forman esa lista de espera se vuelve impaciente. Para resolver la incertidumbre de un derecho que les pertenece, recurren a los tribunales del trabajo para que se les reconozca. Muchos laudos se han dictado a su favor que demuestran su legal permanencia en el trabajo y que son sujetos derechosos a la pensión que les toca.
Los obstáculos procesales que sortean son demasiados. El derecho a la justicia que demandan se vuelve tan lento en los tribunales, que parece intencionado para obligarlos a abandonar los juicios cuyos resultados les favorecen. La estadística de laudos que les reconoce su derecho es alta. Lograr su cumplimiento es agonizante y penoso.
No solo son los juicios tan largos que tienen que enfrentar, de manera paralela los salarios y prestaciones se rezagan en esos trabajadores que todavía esperan la mano amiga y reivindiquen sus derechos. La ley aporta soluciones y no hay justificación para que no se aplique. Los beneficios que se obtengan en el contrato colectivo de trabajo se extenderán por igual a todos los trabajadores que presten servicios en la empresa, aunque no sean miembros del sindicato. Hermosa legalidad olvidada por interés.
Legalidad, es la premisa de todo acto de autoridad. Resolver los derechos desdeñados de esa numerosa lista de trabajadores en espera, será justicia plena y también, bienestar familiar.
¿Usted qué opina?
