No es Héctor Melesio Cuén Ojeda el responsable de lo que sucede en perjuicio de los derechos que demandan los trabajadores de la Secretaría de Salud. Arcelia Prado, Malova y Quirino, los causantes del desorden.
Jueves, 18 de noviembre de 2021.
El mal que han padecido los trabajadores viene de mucho más atrás. Las complicidades de la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud con exgobernadores han propiciado que la inconformidad crezca y se manifiesten como lo hacen ahora.
Es reprobable lo que ha hecho la dirigente sindical Arcelia Prado en su paso por la dirigencia sindical con algunos exgobernadores para negociar la basificación de plazas en favor de sus allegados, en perjuicio de quienes tienen un mejor derecho de preferencia.
Las negociaciones realizadas al amparo de la más pura corrupción sindical irritaban a los trabajadores, pero cedían ante la amenaza del despido. Durante los periodos de Malova y Quirino Ordaz, se negociaron y concedieron de manera indiscriminada la basificación de trabajadores sin tomar en cuenta el derecho de los demás.
Las manifestaciones no se hicieron esperar. Los trabajadores se fueron a la calle y tomaron edificios públicos y con plantones de protesta exigieron el respeto a sus derechos ante la burla descarada y el cinismo de basificar a los allegados de Arcelia Prado y familiares de los directivos del gobierno y de la Secretaría de Salud.
Un buen número de trabajadores se fueron a juicio a los tribunales del trabajo. Sus demandas ahí están. No han tenido solución. Años en espera de tener sus laudos a favor y perversamente los demoran. Motivo por el que rechazan recurrir a los tribunales.
Justicia que se demora, es justicia denegada. Es la razón por la que prefieren arriesgar su trabajo y presionar a las autoridades para que el respeto a sus derechos sea una realidad. Los paros de labores y las tomas de espacios públicos como edificios y calles es una forma de hacer que los atiendan y le busquen pronta solución a sus problemas.
Una ofensa que injuria los derechos de los trabajadores es haber otorgado alrededor de seiscientas bases laborales, poco antes de finalizar la administración gubernamental anterior, a quienes no tenían mejor derecho que los que ahora se manifiestan. Es aberrante que, por simpatías personales, por amistad, por relaciones de parentesco y por compromisos sindicales, se hayan favorecido a personas violentando los derechos de los que tienen mejor preferencia a la basificación.
El Maestro Cuén, adopta una postura dirigida a negociar. Deberá ser atendida. Los trabajadores inconformes lo ven con desconfianza. Se resisten a ceder porque los engaños han sido muchos y las violaciones también. Convencer en buenos términos a veces resulta muy difícil. Con Cuén no encontrarán soberbia ni maltrato. Ya dio el primer paso y por escrito. Asume el compromiso de revisar los derechos de cada trabajador y determinar la basificación de su plaza.
Le hago del conocimiento al señor Secretario de Salud, que no deje por fuera los juicios laborales de muchos trabajadores radicados en los tribunales del trabajo. En ellos encontrará derechos violentados y que también esperan solución. No son solo los que están en paro, sino los que esperan respuestas a sus demandas por resoluciones judiciales.
La lista debe ser pareja. Con juicio laboral o sin él. El derecho a la basificación deberá ser igual. Fórmese una Comisión de trabajadores, de autoridades de salud y del sindicato, para que revisada la situación laboral de todos se estructure una lista con los derechos de basificación de manera individual.
Sugiero recomendar que se anulen todas las bases que se otorgaron en violación de derechos. Una buena medida para caminar seguros y darse la confianza que se requiere.
¿Usted qué opina?
