Cultivos de mango del sur de Sinaloa disminuyen la pérdida de biodiversidad y ayudan para que las aves puedan reproducirse, alimentarse y mantenerse.
Los cultivos de mango del sur de Sinaloa, específicamente del municipio de Escuinapa, son el hogar de 597 aves otoñales de 57 especies observadas, según un estudio realizado desde la perspectiva del desarrollo sustentable por investigadores de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), quienes participaron con este análisis en lo que fue el Congreso Nacional del Mango: Innovación, Sustentabilidad y Mercado Global, que se desarrolló durante los días 24 y 25 de octubre del 2024 en dicho municipio del sur.
Guadalupe Humberto Gurrola López, quien, conjuntamente con Marco Antonio González Bernal, expresó que, con base a la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas que sugiere la adopción de medidas urgentes y significativas para reducir la degradación de los hábitos naturales y detener la pérdida de biodiversidad de los ecosistemas terrestres, es que han basado este trabajo.
“En Sinaloa hay alrededor de 30 mil hectáreas de mango, de las cuales el 85 por ciento están en Escuinapa, y eso nos lleva a que gran parte de la cobertura de la zona sur está con cultivos perennes; hay que tomar eso, al toro por los cuernos y habría que empezar a trabajar en ese monocultivo de mango bajo un sistema de agroecología”, destacó.
De aquí, expuso que tomarán la decisión de asistir a este congreso para exponer cómo convertir esas huertas de mango en agrosistemas sostenibles que abonen al objetivo número 15 de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
Con base a información recopilada en estos cultivos de mango sobre riqueza, abundancia y distribución de especies de aves, detalló que a las especies observadas se les asignó un estatus con base a criterios nacionales en la Norma Oficial 059 Semarnat 2010, con su enumeración actualizada al 2019 relacionada a la lista roja de aves vulnerables.
Encontrando que 12 de estas especies tienen estatus de protección, 6 son endémicas de nuestro país y 17 de interés para la conservación, algunas con bajas en sus poblaciones.
En ese sentido, señaló que estas aves utilizan esta área para reproducirse, alimentarse y protegerse, lo que hace de este cultivo de mango un aporte importante en materia de disminuir la pérdida de biodiversidad y recuperar el cambio de uso de suelo con su presencia.
En cuanto a la salud de este cultivo, según el indicador utilizado por Shannon en Wiener para conocer si este cultivo perenne tiene los recursos disponibles y equitativos para las poblaciones de las aves, arrojó un 3.40, lo que indica que el agrosistema proporciona los recursos necesarios para la distribución más o menos equitativa de las poblaciones para las 55 especies, incluidas las 17 que se encuentran en estatus de protección.
Es por ello, dijo, que los cultivos de mango del sur del estado aportan al objetivo de desarrollo sustentable relacionado a detener la pérdida de biodiversidad y disminución de los ambientes, un ganar ganar para los agricultores al proteger a estas especies, quienes nos prestan servicios ambientales recordando los grandes polinizadores que son y que ayudan ante la situación de cambio climático.
Para finalizar, recomendó trabajar en los cultivos de mango, para que estos se transformen a agroecosistemas donde todo sea aprovechable, no sin antes mencionar que esta investigación continuará con aves del resto de las estaciones del año, en la idea de tener un panorama general y sólido.