Los aseguramientos de droga que presumiblemente se han hecho en los últimos días y su difusión mediática no son resultados para aplaudir porque son cortinas de agua a la ineficiencia policial para detener el delito.
Viernes 11 de febrero de 2022.
El delito sigue impactando terriblemente en la seguridad de los sinaloenses. La estadística criminal por más que la quieran maquillar se viene abajo cuando de carro a carro te ametrallan o en la calle o llegando o saliendo de tu casa de disparan.
Dicen las autoridades, que su desempeño es más eficiente que el año pasado, porque según ellos, el homicidio bajó el mes de enero poco más del 40%. ¿Será una cifra para alegrar? Naturalmente que es una información que no satisface a nadie.
Sigue la necedad oficial se desglosar el homicidio del feminicidio y los levantones que culminan en homicidio. Un consuelo absurdo, pero es la manera de querer forzar las cifras delictivas para que en la percepción social sean menos alarmantes. Quieren ocultar la ineficiencia con números que están lejos de la realidad.
Los aseguramientos de droga y armas en Sinaloa, en los últimos días, sorprenden a muchos. No es un hecho que continuamente se lleve a cabo por las autoridades federales responsables de investigar y perseguir ese delito. Mas bien pareciera que hay complicidad entre autoridades y organizaciones criminales para que no se les moleste.
Puede ser que los hechos sean producto del proceso electoral que se avecina en el País, para mensajearle a la sociedad que se está atacando sin fronteras a la delincuencia organizada, con el fin mañoso de ganar adeptos y no se vote por la revocación del mandato del Presidente de la República.
La estrategia ha sido planeada con la debida oportunidad. Sin embargo, los aseguramientos de droga y armas siguen siendo pobres ya que cuando hay aseguramientos de esos productos, siguen escaseando los detenidos.
¿Complicidad acordada? Muchos elementos militares y de la Guardia Nacional militarizada desfilan por las carreteras y caminos del Estado, instalan puntos de revisión sin aseguramientos ni detenidos. Imponen con su presencia al ciudadano común, pero el delincuente curiosamente evita esos filtros porque seguramente fue avisado de su ubicación y tiempo de duración.
Los hallazgos seguro que no son casuales. Tienen que ser producto de investigaciones de tiempo. Suficiente para que no solo aseguren el producto del delito sino también a los que participan en el hecho criminal.
Lo cierto es que son muchos soldados y equipo con escasos o nulos resultados. La federación y los estados se han resistido sistemáticamente a formar una policía civil de carrera y profesional. El soldado-policía detiene y sus informes policiales homologados son precarios, pero también se niega a fungir como primer respondiente.
Muchas fallas en el proceso penal por una policía pseudo civil que no garantiza seguridad en el proceso. El problema es serio y no se visualiza una solución pronta. Se sigue cuestionando la confianza de nuestro sistema penal, pero no es problema de los jueces sino del policía-militar que detiene en flagrancia y el de investigación, un híbrido mezcla de civil y militar, que no hacen bien su trabajo.
Siguen liberándose delincuentes de todo tipo. Las fortalezas del sistema de justicia penal mexicano deben ser una realidad, el problema no es de jueces, es la vergüenza del sistema policial que tenemos. Sociedad indiferente y organismos colegiados sin preocuparse, la inseguridad y los delincuentes nos puede arrodillar. La milicia no es la solución.
¿Usted qué opina?
